El relato de la desaparición de la talla de la Virgen María con el niño sedente de la iglesia de los santos Justo y Pastor de Compludo, comienza en el año 1964, cuando el padre Franciscano Flórez Manjarín, oriundo de la localidad, escribe un libro titulado «Compludo, un pueblecito leonés con historia». En este pequeño manuscrito que recoge la historia del milenario pueblo, Flórez Manjarín relata el momento en que se llevaron de la Iglesia de Santa María el que era conocido como Calvario de Compludo; tres tallas románicas de gran tamaño, datadas del siglo XIII. Junto a ellas, y según escribe, «una imagen románica pequeña, de la Virgen, salió así mismo de Compludo, sin que sepamos adónde fue a parar, pues al Museo diocesano no ha llegado».
A lo largo de estos años no ha sido posible localizar alguna fotografía que mostrase la talla de la imagen mariana aún en la Iglesia de Compludo, de ahí la dificultad en poder identificarla y localizarla. Añadido a este principal escollo, se une el hecho de que hasta hace bien poco, las imágenes expuestas del Museo Diocesano de Astorga, se acompañaban con una escueta identificación en la que únicamente se indicaba el artista, estilo y fecha de la imagen. Sin embargo, en la mayoría de los casos se hacía constar como lugar de procedencia el genérico de ‘Astorga’, en referencia a pertenecer a alguna de las iglesias o ermitas que dependen de la diócesis. Hace un par de años, en una visita a la catedral y al museo diocesano de Astorga, nos sorprendió reconocer en una de estas tallas catalogadas de manera genérica en su procedencia, como perteneciente a la iglesia de Nuestra Señora, del municipio de Palacios de Compludo.
La talla, de busto redondeado, cabellos trenzados y dorados, ojos azules, con un delicado collar pintado, que eleva su brazo derecho con la mano entreabierta pero vacía, coincidía con la imagen registrada en una de las fotografías del libro del padre Manjarín, que así la reseñaba. Emocionados por el hallazgo, preguntamos por la talla «desaparecida» de Compludo a uno de los responsables, que nos indicó que, justamente hacía unas semanas habían enviado a restaurar una talla perteneciente a uno de los Compludo, con motivo de una exposición de arte sacro. Sin embargo, no supo precisarnos a cuál de ellos podía pertenecer. Entonces; si la talla expuesta en aquel momento en el museo era la que el padre Manjarín citaba en su libro perteneciente a Palacios de Compludo, ¿de dónde procedía esa otra virgen que se habían llevado a restaurar? En conversación con Serafina y José, un matrimonio de Compludo que en noviembre de 1976 celebraban su viaje de novios en León, nos cuentan que visitaron una exposición de arte sacro en el museo de la iglesia de San Isidoro y que allí había expuesta una talla pequeña y alargada, con madera descolorida y algo carcomida, de una Virgen con el niño sentado. En el rótulo identificativo se indicaba que procedía de Compludo. En otra conversación, otro vecino nos comenta que él había visto la talla de la Virgen de Compludo expuesta en una de las vitrinas de la sala del Tesoro del Museo Diocesano de Astorga, justo debajo del Calvario que en su día también salió de Compludo. Después de un tiempo sin datos que ayuden a esclarecer nuestra inquietud, hace solo unas semanas que la casualidad nos ha vuelto a poner sobre la pista en todo este asunto.
En el día de la Virgen de la Encina, Candi A., vecina de Compludo, visita el Museo Diocesano de Astorga; y allí, en una de sus salas, fotografía la talla de una de las vírgenes expuestas. De estilo románico, pequeña y alargada, sostenía al niño en sus rodillas. En su procedencia se indicaba, Palacios de Compludo. Pero aquella no era la talla de cabellos dorados y ojos azules que hacía años habíamos visto en el mismo Museo. Decididos a encontrar una respuesta, compartimos la fotografía con el resto de vecinos de Compludo, preguntando sólo si alguien podría identificarla. La sorpresa fue que sí, que la reconocieron como la Virgen que en su día se llevaron de la Iglesia, junto al Calvario, porque se cambiaron por los bancos del templo.
Hubo quien incluso indicó que primero se llevaron las imágenes de Compludo y un tiempo después, la de Palacios. Josefa F. no solo compartió esta valiosa información sino que también compartió fotografías de la mítica revista berciana Aquiana, de don Ignacio Fidalgo. En esa revista, los investigadores Luís Pastrana y David G. Gustavo denunciaban que la imaginería berciana se encontraba en peligro, y se preguntaban para cuándo la creación de un museo berciano (marzo y abril del 1975). En ese artículo, el periodista leonés y amante de la historia del viejo reino, don Luis Pastrana, mencionaba «la despersonalización de las obras» en el museo diocesano de Astorga ya que en los rótulos identificativos no se recogía la procedencia de cada pieza, siendo «un recinto donde se exhiben gran número de pedazos de madera cinzelados sin importar cuando ni para qué o quién».
Hay que agradecer a don Luís, que con el tiempo ostentaría la dignidad de ser nombrado Cronista Oficial de León, sus primeras investigaciones recogidas en varios de los artículos de la mítica revista berciana. Gracias a su ímprobo esfuerzo en archivos, sabemos que había un registro de entrada de piezas de arte sacro de las iglesias y ermitas bercianas llevadas a Astorga, y que la virgen María de Compludo se registró con el número 40, y la de Palacios de Compludo con el 75. La diferencia en la numeración de una y otra probablemente se deba al lapso de tiempo con el que llegaron al almacén de la Diócesis, tal y como contaban los vecinos. ¿Significa entonces, que esta última talla fotografiada por Candi A., e identificada en su rótulo como procedente de Palacios de Compludo, es una imagen más, desconocida hasta ahora, de la iglesia de Palacios? Con ella ya serían dos, incluso tres, las tallas consideras como procedentes de Palacios de Compludo si incluimos a la virgen gótica (ca 1300 d.C), que aparece en el catálogo de Fernández Vázquez (2011), y que en verdad corresponde a Carracedo de Compludo.
A la vista de toda la información recabada, creemos poder afirmar que la talla que presentamos es la Virgen María con el niño procede de la iglesia de Compludo, y no de Palacios de Compludo, y que muy probablemente, su origen fuese en verdad la anterior iglesia de Compludo, desmantelada en el siglo XVI por el abad Francisco del Rincón, y conocida como Santa María de la Vega. El tío Salvador Acebo, centenario del municipio, ya contaba que antiguamente se decía que “los vecinos de Palacios de Compludo venían a Santa María la Veiga en romería”.
Con este hallazgo se viene a confirmar la importancia de la tradición Mariana de la Abadía de Compludo, que aportaría dos tallas de Vírgenes románicas del siglo XIII y una talla gótica, como correspondiente al conjunto de los cuatro pueblos que la conforman, y debería de justificar la búsqueda de la iglesia de Santa María la Veiga, en un paraje no muy alejado del pueblo de Compludo, que lleva ése mismo nombre. Pensamos que allí deben de quedar los cimientos enterrados de una iglesia románica rural y quizá construida sobre la tan buscada ecclesia visigoda dedicada a Santa María, San Martín y a los niños mártires San Justo y Pastor, del primer monasterio del abad Fructuoso de Compludo (s.VII d.C,), San Fructuoso de Braga. Creemos estar ahora sobre una nueva pista que debiera reactivar las excavaciones arqueológicas en Compludo, ya sea por iniciativa pública, o bien, por iniciativa filantrópica y/o privada, que permita dar con el primer templo fructuosiano y su necrópolis en el lugar de origen de la Tebaida Berciana.
Desde aquí, solicitamos a los responsables del patrimonio de la Diócesis de Astorga que revisen los datos correspondientes a las tallas de los cuatro pueblos que conforman los Compludo, y consideren y validen la información que aportamos, con la buena voluntad de confirmar sus lugares de procedencia y devolverles, simbólicamente y a través de sus carteles identificativos, a sus lugares de origen, donde durante tantos siglos fueron veneradas por nuestros antepasados.
Javier Pérez es investigador y vecino de Compludo.