El bebé que durmió en el monte

Un bebé de solo dos años y medio desapareció en Bembibre. Visto y no visto. Toda la noche batiendo la zona y no apareció, lo que llevó a su madre a la desesperación y a temer lo peor. A la mañana siguiente apareció sana y salva, con hambre...

Fulgencio Fernández
04/06/2017
 Actualizado a 16/08/2019
La niña apareció un día después en buen estado de salud y con ganas de comer.
La niña apareció un día después en buen estado de salud y con ganas de comer.
Nadie se explicaba como aquella preciosa niña de solo dos años y medio desapareció, en Bembibre, la tarde del 31 de mayo de 1987.«Estaba al lado de la reguera, tirando piedras, feliz y hablando», contaba su madre al recordar los hechos. Pasó una vecina, habló un momento con ella y al mirar para la orilla de la reguera la niña (N.D.E.) ya no estaba allí y se puso a buscarla. «No podía haber ido muy lejos», pero no la encontraba. Un tío de la niña se sumó a la búsqueda pero al no estar por ninguno de los parajes cercanos ni dar cuenta de ella ningún vecino avisaron a la Guardia Civil de Bembibre.

Se montó un amplio dispositivo. Guardias, vecinos, familiares... que patearon los posibles lugares hasta los que podría haber llegado la niña, un bebé de tan solo dos años y medio. Pero tampoco tuvieron éxito, la niña no estaba en ninguna parte, los peores presagios asaltaron a la madre. «Era imposible, la tenían que haber llevado... Estaba segura de que nunca la volvería a ver con vida», confesaba la mujer que temió lo peor recordando que habían pasado por la calle dos mujeres a las que no conocía de nada.

Pero a la mañana siguiente, 19 horas después de su misteriosa desaparición, el bebé apareció sana y salva, a cuatro kilómetros del lugar donde estaba jugando con las piedras a la orilla del río. La niña, claro está, nada pudo explicar, pero estaba en perfecto estado de salud, y contó que «estuve andando por el monte». Y que tenía hambre.

La llevaron a casa de un familiar. Cogió sus muñecos, comió y su vida siguió como si nada hubiera ocurrido, aunque al ver su foto en el periódico fueron muchos los lectores que sintieron un escalofrío pensando en lo que podría haberle ocurrido a aquella preciosa niña.
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