julio-cayon-webb.jpg

El alcalde ganador

08/05/2022
 Actualizado a 08/05/2022
Guardar
Ganó Diez. Por 48 votos, nada más. Eso alegan ciertos negacionistas (pocos) de medio pelo –y ahora claros perdedores–, conchabados con la oficialidad socialista leonesa. Y aunque solo hubiera sido por uno, por la mínima, el alcalde habría barrido al aparato del partido, que, de forma torticera, se dedicó a ponerle mil y un obstáculos hasta llegar a las urnas. Aquello pareció más una competición hípica que otra cosa. Un sinsentido. Al final de la prueba se acreditó que Diez había salido a la pista con un purasangre y la otra aspirante, Pilar Carnero, con el desnutrido jamelgo que le habían proporcionado Cendón y compañía.

De todas las maneras y para ser justos, también había quien apostaba de antemano por la victoria de JA10, llevado, eso sí, por un ardor inusitado con nombre y apellido: Pepe Giménez. El mismo que en sus tiempos de político en activo –y fueron muchos– donde ponía el ojo, ponía la bala. Y su disparo, el miércoles, volvió a ser certero. En el centro de la diana. Giménez lleva mucha mili a sus espaldas y la fontanería, bien entendida, es una de sus especialidades. Siempre dominó esos escenarios a la chita callando.

En cualquier caso, Diez está obligado a exigir responsabilidades a quienes quisieron hacerle la cama. Y tiene que hacerlo porque cerrar las heridas en falso es pernicioso. Desaconsejable. No obstante debería afrontarlo con los mínimos sobresaltos, de puertas para dentro –que es donde se lava la ropa sucia–, sin dar pábulo y mucho menos alentar ríos de tinta que, a la larga, no beneficiaría a nadie. Tampoco a él. Alcanzado el objetivo de continuar al frente de la agrupación municipal, volverá a ser candidato a la alcaldía con todas las bendiciones. Lo diga o no Carnero, quien en la propia noche electiva ‘amenazaba’ con disputarle unas primarias.

Se supone que sus palabras fueron producto del calentón. Se supone. Y si esa postura fuera alentada por Cendón, que no se prevé a la vista de los resultados, sería el fin del socialismo en León durante mucho tiempo. Faltan doce meses para las municipales y Diez las va a disputar con su crédito personal por delante y el respaldo de la marca en paralelo; es decir, ondeando la bandera del PSOE. Y todo lo que menoscabe las siglas, malo. Diez, que nunca tuvo un pelo de tonto –y no es un chiste fácil– lleva en esto los suficientes años como para saber por dónde debe pisar.

Y otro asunto. La UPL decidirá el próximo 16, lunes, qué hace con el pacto de la Diputación. Y si le preguntan a Matías Llorente obviará aquel famoso «no hay tempero», porque sería repetirse. Dado que estamos en mayo lo permutará, seguro, por algo así como «el trigo está verde para segarlo». Es lo que se espera de él.
Lo más leído