08/03/2022
 Actualizado a 08/03/2022
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Muchos analistas no creían que ‘el zar Putin’ pudiera realizar la operación militar que estamos observando en directo y que los ucranianos padecen en su propia piel, comprobando cómo muchos occidentales lo hacen con estupor y las famosas fuerzas de oposición europeas permanecen en una actitud más o menos de operadores mercantilistas, sopesando si es beneficioso para los resultados del «occidente mercader» que haya una intervención de la famosa Otan o Nato.

¿Recuerdan la actitud de Chamberlain ante el superpoderoso Hitler, la ingenuidad del inglés y cómo se la jugó en los Sudetes checoslovacos? Pues la jugada se repite.

Todo esto lo sabe el antiguo miembro del KGB y el actual Rasputin soviético que, además, ha implementado su sabiduría intervencionista con unos toques de capitalismo ocasional, siendo propietario de lo que más adolece el occidente europeo, que es la materia energética.

Gas y petróleo son sus armas económicas preferidas mientras que la Europa de postureo se ha dedicado a resignarse porque su objetivo es tratar de no molestar al avispero que tiene en casa, que ya se encarga de agitar la demagogia y desviar la atención hacia cuestiones como el debilitamiento de los valores humanísticos, perder la identidad europea, el pacifismo a ultranza, el cambio climático, el hedonismo imperante, el desarme total y una sociedad que sólo piensa en los fines de semana y el hueco que puede tener en las playas y en la casa rural.

Las democracias se han dejado llevar al lugar que no les corresponde por una especie de ambición económica que les está estrangulando por su lentitud en demostrar unidad, sentido de la oportunidad y coherencia.

No hay que ser muy avispados para comprobar como el ruso y el chino se ponen de acuerdo, aunque se vigilen mutuamente, para arrinconar al gigante americano y lo que le rodea. En definitiva es un pulso entre la opacidad, la tiranía y la libertad

Y ese es el doble tablero y campo de acción. Un órdago en el tablero europeo para recuperar el inmenso granero ucraniano y todos los países que huyeron del oso soviético, y otro órdago en el tablero asiático del Pacífico donde China hace una exhibición de prepotencia, respaldada por la codicia occidental que le ha permitido lucrarse de la globalización haciendo que se deslocalicen industrias, abaratando los costes a base de la pérdida de salarios occidentales, aumento del paro, destrucción de empresas y extender el comercio chino por todo el mundo creando sucursales de influencia en aras de una ambición mercantil que más parece ahora una bota malaya sobre el cuello de Occidente .

Y éste es el motivo de tamaño dislate ruso con un soberbio Putin, autócrata y dictador, del que copian algunos aprendices de brujos europeos, atacando un pueblo ya masacrado anteriormente por Stalin con el resultado de millones de ucranianos muertos por el hambre pero que siempre se levantan porque los cosacos son un pueblo de una pasta especial. No nos olvidemos que en estos momentos están demostrando su casta de cosacos al detener la invasión relámpago de su pueblo luchando en las calles y defendiendo su capital Kiev.

Las medidas de boicot económico no son suficientes porque cuando se toma una decisión de ataque de la forma que se ha realizado, anunciada, con un despliegue de película y ejecutada con descaro y alevosía, es porque se dispone de una estrategia y logística adecuadas, además de servir de pantalla de distracción para paliar los desajustes económicos y sociales de la propia nación rusa y sobre todo de afianzarse más en ese poder omnímodo que le gusta exhibir al nuevo Rasputín soviético.

No nos olvidemos de nuestros dichos españoles muy acertados: «Son los mismos perros pero con distintos collares», «De tal palo tal astilla»… porque si se medita un poco ¿qué deriva ha tomado Rusia después de la Perestroika? o ¿alguien se cree que los movimientos secesionistas últimos y las agitaciones producidas por grupúsculos raros, raros, dentro del sistema democrático occidental es producto de la casualidad?

Terminaremos reseñando el espíritu de sacrificio y creencia en su país que tienen los ucranianos, animando a que el que lea esto se dediquen algunos minutos a repasar la historia de Ucrania y su lucha por mantener su patria libre de influencias extranjeras. Ucrania es una nación que en esto momentos necesita más que nunca que se le ayude a que viva en libertad.
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