El 20 % de los mayores vive en viviendas en condiciones muy deficientes

Los problemas más frecuentes son los de accesibilidad, la falta de calefacción, no disponer de ascensor y el hacinamiento

L.N.C.
16/08/2018
 Actualizado a 14/09/2019
El estudio muestra cómo viven los mayores. | L.N.C.
El estudio muestra cómo viven los mayores. | L.N.C.
Los mayores que residen en ciudades medianas son los que sufren mayor vulnerabilidad residencial en España. Esta es la principal conclusión del estudio Envejecer en casa. ¿Mejor en el pueblo o en la ciudad?, publicado por el Observatorio Social de "la Caixa". En este estudio, Irene Lebrusán, doctora en Sociología, analiza las diferencias entre envejecer en un pueblo pequeño o en una macrociudad, a efectos de calidad de la vivienda.

Concretamente, el informe apunta que el 20,1 % de las personas mayores de 65 años en España (1.596.675 personas) reside en viviendas que sufren vulnerabilidad residencial extrema, un porcentaje más elevado en las ciudades de entre 10.000 y 100.000 habitantes, pudiendo alcanzar el 23,5 % del total de la población mayor en aquellos municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes.

La autora explica que la vulnerabilidad residencial extrema surge de la acumulación de problemas en una vivienda, que va mermando la calidad de vida de quienes residen en ella.

El informe apunta cómo los extremos (vivir en un pueblo de menos de 10.000 habitantes, pero especialmente en aquellos más pequeños o en una ciudad de más de 500.000 habitantes) ofrecen una mayor protección a las personas mayores. Por un lado, las ciudades de gran tamaño se han visto beneficiadas por medidas de control y recursos públicos para luchar contra la infravivienda, mientras que los municipios rurales más pequeños se valen de un mayor rango de formas solidarias de acceso a la vivienda y de un ahorro en los precios de los terrenos que redunda en una mejor calidad de las construcciones.

Los problemas más frecuentes, en tanto en cuanto inciden sobre un mayor número de personas mayores, son los de accesibilidad (5.289.113 personas afectadas), la falta de calefacción o de aparatos para calentar su vivienda (3.355.129), edificio de más de tres plantas sin ascensor (1.740.376) y hacinamiento (959.936).

Otra carencia detectada es la falta de acceso a agua corriente, que si bien afecta a 431.818 personas mayores se considera problema grave ya que el agua es un bien necesario, imprescindible para obtener la cédula de habitabilidad de la vivienda y, además, casi la totalidad de la población española dispone de él, lo que indica su importancia relativa en la sociedad.

La autora pone el foco en la necesidad de corregir estos problemas para garantizar una vejez autónoma y de calidad, así como integrada en la sociedad, lo cual pasa por cubrir las necesidades básicas en las viviendas. Como señala el informe, el 96,4 % de las personas mayores decide permanecer en su vivienda durante la vejez, frente al 3,6 % que vive en residencias o instituciones de otro tipo. La evidencia disponible, recuerda el artículo, muestra que envejecer en casa beneficia la salud y el bienestar de los mayores, siempre que la vivienda favorezca un envejecimiento de calidad y no exponga a los mayores a situaciones de vulnerabilidad.
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