El proyecto por el que han conseguido este galardón es el muro de la empatía. Utilizando tizas de vivos colores escribieron palabras positivas en un muro del colegio para fomentar actitudes empáticas en el alumnado. De esta manera, los niños cambiaron las palabras negativas por otras amables que refuerzan la empatía. Con ello se consigue hacer más visible palabras que a veces se nos olvidan, pero que son imprescindibles en el día a día para luchar contra el acoso escolar. Palabras que pueden leerse en vivos colores y caligrafía infantil como amor, amistad, ayuda, compartir, paz, o alegría.
Laura Villastrigo, su profesora, explicó a La Nueva Crónica que el Concurso Escolar Once todos los años propone una temática distinta de actividad, y este año va sobre el acoso escolar. "Me pareció muy interesante, aprovechando que en este colegio los grupos están de dos en dos –1º y 2º, 3º y 4º, 5º y 6º- y es algo que te da más facilidad para trabajar con los niños, y es un manera de que ellos vean lo que hay fuera; que no solo se queden en el contenido curricular de matemáticas, o de naturales, o de inglés, que vayan más allá", indicó.
Otro de los motivos que le impulsó a participar junto a sus alumnos es que al no tener casos de acoso en el centro, "es una manera de que ellos vean que hay otra realidad, porque el acoso escolar es algo que un día te puede tocar a ti; igual aquí en el colegio estas bien, tienes tus amigos, pero al día siguiente vas al instituto o te cambias de centro e igual tienes un problema, para que ellos sean un poco conscientes". Ahí empezó todo, "les inscribí en la iniciativa, y nos mandaron unas pulseras, y empezamos a trabajar con algunas de las actividades que nos daban desde Once; visualizando cortos, haciendo lluvias de ideas, y después de mucho trabajar, decidimos que ya que la gente siempre habla en negativo y dice que cosas negativas que te hunden, ¿por qué no darle la vuelta a la tortilla y hacer cosas positivas?". Esa fue la base, desterrar lo negativo y centrarse en las cosas buenas, por pequeñas que parezcan. Fue entonces cuando nació el ‘muro de la empatía’. Los alumnos recibieron la iniciativa de una manera más que positiva, "les encanto", aseguró Laura, y "la idea de coger el muro y pintarlo con tizas de colores para llenarlo de alegría les ha gustado muchísimo".
Ésta no es la primera ocasión en la que participan en el Concurso Escolar Once, en el que se han inscrito en tres ocasiones de las que en los dos últimos años han sido premiados.
De momento, tanto los niños como su profesora han recibido por participar la pulsera ‘activistas contra el acoso’, y como ganadores de la fase provincial una mochila escolar con el lema ‘Aquí caben todos’. El premio, sin embargo, es mucho más grande. Es la sensación, la certeza, el orgullo de que han conseguido algo grande, han trabajado juntos para que sus aulas sean un lugar mejor.