Édgar da sus 'primeros pasos' y pasa la Navidad en León

A este joven leonés, de sólo 18 años, la vida le golpeó muy duro en plena pandemia y, sin ser enfermo de Covid, sufrió sus consecuencias. Tras varios meses en una dura y costosa rehabilitación en Madrid ha dado sus ‘primeros’ pasos y pasa la Navidad en León. Empieza otra dura etapa para Édgar

Fulgencio Fernández
03/01/2021
 Actualizado a 03/01/2021
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Su nombre —Edgar Miguel Freire— se coló entre las historias del Covid, más bien entre los daños colaterales de esta pandemia pues lo que él padeció nada tenía que ver con el famoso virus. El 1 de febrero del tristemente famoso 2020 este joven leonés, de tan solo 18 años, deportista, sufrió un gravísimo ictus isquémico que lo tuvo «más muerto que vivo» y del que finalmente salió con un parte médico muy preocupante: «Sufre una hemiplejía izquierda, que acarrea una parálisis en el brazo y la pierna de ese lado y también ha perdido la audición del oído izquierdo», que su madre, Marta, leía con la preocupación de una madre que, además, escucha decir a su hijo: «Se me acabó la vida... con 18 años».

Y ahí entra en juego el Covid. La sanidad pública no está para casi nada más que el famoso virus. Cuando ya soñaban con acudir al Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral de Madrid les dijeron que era imposible... Y Édgar necesita un tratamiento ya, cada día que pasa se complica más su precario estado de salud. Su madre Marta se convierte en otra ‘madre coraje’, remueve Roma con Santiago, acude a una plataforma de ayuda donde lanza un desesperado SOS que recibe una muy buena respuesta. Marta ha encontrado el lugar donde tratar a Édgar, el Centro Europeo de Neurociencias en Aravaca, pero el presupuesto es de casi 40.000 euros, además de trasladarse a vivir a Madrid, alquilar piso... Y Marta lo hace. Édgar acude a recibir el esperado tratamiento.

Han pasado los meses y en esta Navidad la madre de Édgar, Marta, se pone en contacto con muchos leoneses que habían puesto su grano de arena en esta batalla parea darles unas emotivas gracias e informarles.«Se acaba ya nuestra estancia en Madrid... Nos espera un camino muy largo y duro, pero gracias a todos vosotros volverá a ser un poquito más fácil».

Y hablando con Marta te cuenta la emoción de cuando dio sus primeros pasos, de cómo ya se mueve por la casa, que le han dado unos días de descanso en Navidad y después «de nuevo a la batalla, pero ya en León».

- ¿No hace falta que sigáis en la clínica de Madrid?
- Sería lo ideal, pero ya no lo podemos sufragar. Seguiremos en León y quiero dar las gracias a quienes le van a atender, que han estado unasemana en Madrid para ponerse al día de cómo tratar a Edgar. No tengo palabras para agradecérselo. A ver...
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