Según explica el director de la Escuela de Doctorado de la ULE, Miguel Ángel Ferrero, se han leído ocho tesis doctorales durante el estado de alarma. Todas ellas debido a que de si no hubieran podido hacerlo "se hubieran visto gravemente perjudicados". "Buscamos soluciones para estas personas, no es algo que se esté haciendo para todo el mundo. Algunas perdían contratos internacionales o no podían haber optado a determinados proyectos", explica Miguel Ángel Ferrero.
Aunque ha sido "duro" para los investigadores y para la propia Escuela de Doctorado, que cuenta con 560 matriculados que preparan su tesis, Ferrero considera que el protocolo que han creado "ha salido bastante bien". De hecho, después del final del estado de alarma se mantendrá este sistema de defensas telemáticas de tesis "siempre que no se pueda esperar a una lectura presencial". "Nosotros hemos seguido funcionando y teletrabajando con nuestros 16 programas de doctorado. Los procesos se ralentizan como es evidente, pero hemos seguido solucionando problemas y manteniendo reuniones por videoconferencia. Ahora también están ya abiertas las preinscripciones para el curso que viene", expone el director de la Escuela de Doctorado.
Actividad interrumpida
En el momento en el que quedó decretado el cese de la actividad presencial en las universidades, la actividad de los investigadores quedó totalmente paralizada. "Tuvieron que dejar los laboratorios y despachos, aunque luego se les dejó un tiempo para recoger los cultivos y lo que quedó pendiente", indica Ferrero.
Los más afectados fueron los investigadores de ciencias y algunos se les tuvieron que conceder "permisos especiales" para que pudieran continuar con su actividad para no echar por tierra su trabajo. "El que trabajaba con microorganismos o en cuestiones de ingeniería o ciencias de la salud lo tuvo más complicado. Sin embargo, todos tienen mucho que leer y escribir así que la gran mayoría han seguido trabajando", comenta el director de la Escuela de Doctorado.
Algún día, los ocho doctorandos que defendieron su trabajo de años ante un tribunal de manera telemática podrán relatar a sus hijos y nietos cómo la pandemia intensificó aún más los nervios de la lectura. Una lectura para la que en la mayoría de universidades no había protocolo alguno, por lo que la ULE tuvo que buscar y encontrar una "respuesta rápida" para no perjudicarles.
Casi 2.300 tesis
En las cuatro décadas de historia de la Universidad de León se han defendido 2.274 tesis doctorales, según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. El año en el que hubo más lecturas de tesis fue el 2016 con 212 trabajos presentados.
La primera de todas las tesis con el sello de la ULE fue 'Flora y vegetación de la maragatería' de defender a Félix Llamas García, el 2 de febrero de 1980. Por su parte, en el Campus de Ponferrada se han defendido 17 tesis.