javier-callado-2.jpg

Distribución del trabajo

15/01/2015
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
Uno de los aspectos más significativos para conocer el vigor económico de las provincias es el peso de sus mercados laborales sobre el total español. Del análisis del tamaño y de cómo se agrupan en áreas más o menos activas se deduce una estructura del país más allá de lo que es puramente el territorio. Si además estimamos la tendencia llegaremos a la conclusión de que hay unas zonas que crecen en relevancia y otras que, por el contrario, están perdiéndola.
En primer lugar hay que decir que las cinco mayores provincias por el empleo que detecta la Encuesta de Población Activa son, por este orden, Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Sevilla. Por sí solas reúnen el 40% de la oferta laboral española, aunque sólo son 5 de 52. Si alcanzamos la mitad del mercado de trabajo sólo hay que añadir tres provincias más: Málaga, Baleares y Murcia. Esas 8 han aumentado además su peso relativo desde el año 2000 hasta el 2014, salvo Sevilla, que lo mantiene, y Valencia, que ha bajado.

Es relevante constatar que ninguna de estas demarcaciones se encuentra en el norte del país. Todas son mediterráneas, con la excepción de Madrid y de Sevilla. Como restan 44 provincias para distribuir el otro 50% del empleo, se deduce que el peso del norte de España es pequeño y decreciente. Concretamente en el caso de León, que es la trigésimo segunda provincia por su mercado de empleo, ha pasado del 1,08% al 0,95% entre 2000 y 2014. Además se sitúa en una zona deprimida, con vecinas que son las de peor comportamiento del país: Lugo y Orense.

Por esta razón no se debería dejar pasar el proceso electoral de mayo sin que los programas políticos reflejen medidas que vengan a paliar la pérdida de peso económico de la zona. Y eso se tiene que reflejar desde una visión estratégica, global, que desborde las fronteras autonómicas, porque este problema las supera y afecta a zonas amplias del país. Es más, las divergencias dentro del ámbito autonómico hace que existan provincias con tendencias opuestas.

Un ejemplo de estas acciones que abordan problemas de estado desde una visión amplia es la reunión de las diputaciones de Soria, Teruel y Cuenca. Se va a tratar el problema de despoblamiento que sufren y acudirán con un planteamiento común a otras instancias. León debería liderar una asociación de este tipo con las vecinas Lugo, Orense, Zamora y Palencia para advertir del profundo declive de toda la zona que conforma el núcleo del noroeste español. Sus problemas difieren de los de Valladolid o Asturias y hasta hoy carecen de la resonancia necesaria.
Lo más leído