Disparos al aire

08/05/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Otro día, la misma mierda. Buen partido, un partido serio, como muchos otros esta temporada, es más, como todos los que se han jugado bajo la batuta del tándem Vega-Nistal. Con un rival que no fue superior, pero al que no se acabó de matar, ni siquiera de penalti. Y eso no invita al optimismo al igual que el partido de la semana pasada tampoco. Sí, se mejoró la imagen. Sí, se fue (en ciertos momentos) superior o muy superior al rival. Pero al final lo que importa es meter la pelotita dentro de la portería y la Deportiva no es capaz de hacerlo ni aunque los postes estuvieran uno a cada lado de la línea de fondo. Así es imposible ganar partidos, ergo es imposible (o casi) salvarse.

Qué duda cabe que el punto logrado en El Sadar es bueno, todo lo que sea sumar lo es, pero si te lo ponen en bandeja de plata, hay que aprovecharlo. Ni Herodes Antipas se lo puso más fácil a Salomé. Porque Osasuna sólo compareció seriamente en el partido los quince primeros minutos de cada mitad y aún así, el bagaje rojillo fue, cuanto menos, escaso. Un testarazo fuera de David García en los primeros compases del encuentro y un disparo también fuera de Oier en los primeros minutos de la segunda mitad. El resto fueron balas de fogueo, que no matan, sólo asustan, aunque si disparas lo suficientemente cerca te pueden hacer un estropicio. El problema no es tanto que crear ocasiones o recibirlas, que todos los equipos van a hacer alguna, sino que la Ponferradina también dispara al aire. Y disparando al aire es imposible acertar en la diana. Y si con el blanco más fácil eres incapaz de darle al muñeco, la cosa se complica de difícil a hazaña épica.

Porque la defensa funcionó. Camille, inconmensurable. Serio en defensa y muy peligroso en ataque y no sólo en esa acción. Incluso Adán, sospechoso habitual en las lagunas defensivas del equipo fue un portento, y eso que tuvo delante un miura durante toda la segunda parte.

De todas formas, el mayor problema, es el ataque. Jugadores del tipo de Berrocal o Jebor, debe haberlos en un equipo. Casi todos los equipos los tienen. Pero es un error ponerlos a los dos a la vez. Porque ir con los dos juntos es como ir con navaja a un duelo de pistolas.

Pero el problema no sólo son los delanteros centros. En banda hay un problemón.Aguza tiene que desplazar su posición para poder ocupar ese espacio y aún así, es el mejor de todos. Antón no desborda, porque no es su posición aunque haya jugado ahí, Dima dio dos partidos buenos y se acabó, Caiado se ha tocado los bemoles las dos últimas veces que ha jugado y Pablo aunque le pone el alma no está para más de 20 minutos. Por eso tiene que jugar Acorán que no está, o sólo a ratos y para lo que queda, ni se le espera. Pero es el único que une las dos cualidades, es decir, tiene calidad y está comprometido. Es con esos mimbres con los que hay que salvar la temporada y si dan para hacer un cesto, no será muy grande.
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