Después de un verano seco, un otoño con pocas precipitaciones

La lluvia aparecerá en noviembre, lo cual pone en peligro la remolacha y dificulta las tareas del campo

T.G.
21/09/2017
 Actualizado a 16/09/2019
Paisaje desértico en Barrios de Luna donde las reservas de agua se reducen a 20 hectómetros cúbicos. | ICAL
Paisaje desértico en Barrios de Luna donde las reservas de agua se reducen a 20 hectómetros cúbicos. | ICAL
Que el verano no ha sido bueno para los agricultores por causa de la sequía, no es ninguna novedad. Los que esperaban que al menos llegase el otoño con precipitaciones con las que poder salvar la campaña, no están de enhorabuena porque todo apunta a que al menos hasta noviembre no llegarán las ansiadas lluvias. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hacía este miércoles un resumen climático del verano, el balance hídrico y las previsiones estacionales para el otoño y así lo prevén.

Los responsables de Aemet aprovecharon ayer para hacer una estimación de lo que podría deparar el otoño a Castilla y León. La estación comenzará oficialmente el viernes, 22 de septiembre, a las 22 horas, y tendrá una duración de 89 días para acabar el 21 de diciembre. Durante el primer mes del otoño, octubre, se prevén unas temperaturas superiores a la media y unas precipitaciones que irán apareciendo con mayor importancia que en verano, pero no con una cierta regularidad.

En noviembre, se espera un aumento de las precipitaciones con respecto a la media y las temperaturas se mantendrán con cierta normalidad. El mes de diciembre continuará por la línea anual, con un aumento de las temperaturas. Se estima que en torno a un grado por encima de la media, además de la aparición de algún tipo de precipitación en forma de nieve.

Califican el verano de «muy cálido y muy seco». Los valores entre junio y agosto, en cuanto a las temperaturas se refiere, fueron «muy superiores a lo normal», incluso llegando en algunas zonas del oeste a valorarse como «extremadamente cálido». De los meses registrados, el más cálido fue junio, que con un aumento de 3.5 grados por encima de la media y que provocó altas temperaturas en la mayor parte de Castilla y León. En cuanto a las precipitaciones, destacaron por su ausencia o por su escasa localización. En algunas ocasiones se registraron de manera intensa, acompañadas incluso de granizo, pero fueron muy puntuales. El reparto desigual de estas precipitaciones a lo largo del territorio autonómico hace que, a pesar de un balance positivo con un aumento de en torno al 20 por ciento, se hable de un verano seco.

Últimos coletazos del regadío

El día 30 de septiembre se acabará el agua para regar en toda la provincia de León con el final del año hídrico. Hasta entonces los agricultores podrán seguir regando la remolacha con reservas procedentes de Riaño ya que se ha dado el último riego a la remolacha por las reservas del Porma. También Barrios de Luna ha permitido dar un último riego a la remolacha gracias a las últimas, y tímidas, aportaciones de agua al embalse.

Sin lluvia, no hay remolacha

«La planta de Azucarera de La Bañeza tiene previsto abrir el 25 de octubre pero si no llueve no se puede arrancar la campaña, es imposible», lamenta Matías Llorente, responsable del sindicato Ugal-UPA en León. «Primero tenemos que tener una Mesa de Fábrica para fijar las fechas pero lo que se ha fijado en la Mesa Zonal es abrir sobre el 25 de octubre con dos condiciones: que haya agua suficiente en el río para poder poner en marcha la Azucarera y que llueva para poder arrancarla», explica. La situación del cultivo en cuanto a kilos y polarización avanza que es «buena» pero que a partir de ahora depende de si llueve o no a lo largo del presente y próximo mes.

El campo, sin tocar

En un año normal, los agricultores de León deberían estar ya preparando las fincas para sembrar cultivos como la colza, unas tareas que este año apenas se han estrenado. «En el secano no se puede tocar la tierra para sembrar porque no hay humedad», explica Matías Llorente, quien avanza que «si no se puede sembrar la colza antes del 15 de octubre, ya no se podrá sembrar más tarde». Por el momento apenas unas pocas hectáreas ya han sido cultivadas, sobre todo en zonas de secano, pero «una cantidad muy insignificante y de regadío, porque lo que es secano, nada de nada».
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