Ponferradina 2 - 1 Huesca: 'Jebor saca a flote a la Deportiva'

Un gol del liberiano da tres puntos de oro a los blanquiazules ante un rival directo / Los bercianos, que fueron de más a menos, dejan el descenso a cuatro puntos

Alejandro Cardenal
20/03/2016
 Actualizado a 30/08/2019
Jugadores de la Deportiva celebran un gol. | CÉSAR SÁNCHEZ
Jugadores de la Deportiva celebran un gol. | CÉSAR SÁNCHEZ
La Deportiva vuelve a coger aire. El conjunto blanquiazul se llevó el gato al agua ante el Huesca (2-1) en un partido vital en la lucha por la permanencia que se inclinó del lado berciano gracias a los goles de Aguza y William Jebor.

Los bercianos fueron de más a menos. El canterano madridista adelantaba a los de Fabri en el marcador y se lesionaba en la misma jugada, dando entrada al liberiano, que terminó siendo clave.

Tras una primera mitad plácida que terminaba con un paradón de Whalley a Antón que pudo haber dejado el partido visto para sentencia, los azulgrana volvían al duelo gracias a un despiste defensivo que aprovechaba Camacho nada más comenzar el segundo acto.

Cuando más sufrían los bercianos, Jebor aprovechaba un fallo de entendimiento entre Jesús y su guardameta para marcar el definitivo 2-1, un tanto que permite a los blanquiazules adelantar al Huesca en la tabla, ‘goal average’ a favor incluido, y terminar la jornada cuatro puntos por encima de los puestos de descenso.

Un once de gala fugaz


Cuando algo va bien, mejor no tocarlo. Tras el valioso empate cosechado en Tarragona, Fabri apostaba por los mismos once futbolistas que rozaban la machada ante el Nàstic, con Álvaro Antón en la banda izquierda, apenas tres días después de romperse el tabique nasal, y Alan Baró en el centro del campo.

No le preocupaba al lucense la posesión. Tampoco se echó de menos. Los blanquiazules vivieron un ‘déjà vú’ doble en apenas cinco minutos, primero con un córner de Antón que se envenenaba y a punto estaba de sorprender a Whalley -como el gol olímpico que puso las tablas en el partido de la primera vuelta en El Alcoraz- ; después con un tanto, que tardaba un poco más que ante el Nàstic, pero volvía a presentar el arranque soñado para un partido, que gustara a Fabri o no, era una final por la permanencia.

Pero no todo fueron alegrías. Aguza, que ya andaba renqueante tras un mal gesto en la acción anterior, terminaba de romperse en su esfuerzo para desviar el cabezazo de Raillo lo justo para despistar a Whalley y obligaba a dar paso al plan ‘b’ cuando apenas habían transcurrido los primeros seis minutos de encuentro.

Era el turno de Jebor. El liberiano, acostumbrado a revolucionar partidos moribundos, sustituía al canterano madridista para acompañar a Berrocal en punta. La dupla, sin el ‘glamour’ de Yuri o Sobrino, funcionó, olvidando la circulación sin peligro de los últimos coletazos de la era Díaz y jugándolo todo a la verticalidad del liberiano y Acorán. La Deportiva regalaba el balón al Huesca, que más allá de alguna jugada aislada de Machís y un disparo de Camacho, se marchaba a los vestuarios sin haber inquietado a Dinu.

El Huesca devuelve el golpe


Los de Anquela dispararon primero y preguntaron después. Camacho aprovechaba la ‘empanada’ local nada más comenzar el segundo tiempo para poner las tablas en el marcador con un testarazo inapelable que devolvía a la realidad a los bercianos.

Volvían los nervios. El tempranero gol de Aguza había espantado los fantasmas del descenso, que aparecían con fuerza tras el cabezazo del capitán oscense. Por suerte, no hubo tiempo para que cundiera el pánico. Justo cuando empezaban a apretar los azulgrana, una cabalgada de Jebor -de esas que parece que no llevan a ningún sitio y terminan desatando el caos- provocaba un fallo de entendimiento que el liberiano aprovechaba para marcar a placer.

El tanto acentúo los miedos de unos y la ambición de otros. A los aragoneses no les quedaba otra que lanzarse a tumba abierta a por el empate y la Deportiva, que no quería ni imaginar lo que supondría viajar a Oviedo con solo un punto de ventaja sobre el descenso, se encerró demasiado pronto.

Buscaba Fabri algo de pausa dando entrada a Khomchenovksyy, que desaprovechó su enésima reválida. Nada aportó el ucraniano más allá de un resbalón inoportuno cuando iba a encarar a Whalley. El gallego se dio cuenta de su error y rectificó. Necesitaba gladiadores y Camille salió en sustitución de la versión más trabajadora de Acorán para dar más arropar la defensa en el descuento.

No hubo tiempo para mucho más. Dinu despejó con los puños -y con el alma- un último intento desesperado desde la banda de los azulgranas y Ruipérez Marín permitió al conjunto berciano celebrar tres puntos que saben a permanencia.
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