Abanca Ademar 28 - Huesca 24: 'Exhibición con desconexión'

El conjunto leonés gana tras irse siete arriba al descanso (17-10), sentenciar en el inicio de la segunda parte (23-12) y encajar un 0-7 como cierre

Jesús Coca Aguilera
15/10/2016
 Actualizado a 07/09/2019
Costoya realiza un lanzamiento pese al empujón del defensor del Huesca. | MAURICIO PEÑA
Costoya realiza un lanzamiento pese al empujón del defensor del Huesca. | MAURICIO PEÑA
45 minutos de tremenda exhibición y 15 de total desconexión. Fue lo que dejó el Abanca Ademar, que venció 28-24 al Huesca en un partido que sentenció por la vía rápida al abrir una brecha de siete tantos en la primera parte y elevarla a once en los primeros compases de la segunda, pero en el que deslució su gran choque y el gran sabor de boca que había dejado a su hinchada con una tremenda ‘pájara’ final que le llevó a cerrar el encuentro con un parcial de 0-7.

Un pequeño borrón a una gran faena, puesto que especialmente en los primeros 35 minutos el Ademar mostró su mejor versión. Desde que comenzó la ‘era Guijosa’, cada tropiezo ademarista ha venido prácticamente siempre seguido de un gran encuentro. Y los leoneses dejaron claro desde los primeros compases que querían seguir cumpliendo esa máxima.

Con una intensidad brutal en el 6-0 defensivo, que ayudaba a que Cupara recuperara su buen nivel, el Huesca tardaba seis minutos en meter su primer gol, en un claro reflejo de la ‘pesadilla’ que le esperaba en el Palacio. Porque, si bien ver al equipo ademarista brillando en defensa ha sido una constante incluso en los malos días, menos habitual es verle bordar el balonmano en ataque estático.

El Ademar bordó el ataque en la primera mitad, con Costoya letal y Mario y Juanín valientes y con 100% de efectividad Con Simonet dirigiendo a la perfección, elAdemar enlazaba varias jugadas combinativas en las que tras mover el balón buscando los espacios y las superioridades acababa encontrando sus extremos, donde Mario López (que salió en la primera parte en lugar de en la segunda como venía siendo habitual en la rotación conHuerta) y Juanín estaban valientes, decididos y perfectos en el lanzamiento, pues firmaron cuatro de cuatro y tres de tres respectivamente. Destacaron ellos pero también Costoya, que ‘castigaba’ desde nueve metros al 6-0 del Huesca si estos decidían no salir para tapar los espacios en la segunda línea.

El mejor Ademar brillaba y además veía cómo le salía todo. Para ejemplo que, en la única aparición de Biosca, para intentar detener un penalti, lo conseguía; y en los dos minutos que el joven Jaime Fernández estaba en pista, para defender en el avanzado una inferioridad, robaba un balón y marcaba dos goles a portería vacía, que servían de hecho para abrir la primera gran brecha con el 9-3 en 13 minutos que obligaba a pedir tiempo muerto a Nolasco.

No conseguía frenar la sangría el equipo oscense, donde sólo Teixeira era capaz de ‘romper’ el ‘muro’ en que se convertía una defensa liderada una vez más por ese derroche de sacrificio y garra que es Juanjo Fernández, y que llegaba a perder hasta de ocho tantos (16-8) en esa primera mitad que terminaba 17-10.

A base de ‘cañonazos’ de Leo y Vieyra, los leoneses salieron del descanso con un parcial de 5-1 que llevaba a 11 la renta La ventaja era importante, pero no definitiva. De hecho, ya el Bidasoa se había metido en partido en la última cita en elPalacio tras ir con una desventaja similar. Pero cinco minutos de la segunda mitad sirvieron para dejar claro que ese no iba a ser el caso esta vez.

Leo Santos, que no había aparecido en la pista en la primera parte, se sacaba tres tremendos ‘zambombazos’ marca de la casa; Vieyra, que ya había sacado su brazo ‘a pasear’ antes del descanso, se unía a la fiesta y, en un visto y no visto, la diferencia se iba a los 11 goles (22-11) que dejaban 25 largos minutos para disfrutar y dosificar pensando en la complicadísima salida de la próxima semana a Granollers.

Pero nadie podía imaginarse lo que sucedería de ahí al final. Sí los minutos de intercambio de goles que hubo hasta el 28-17 del minuto 47, pero no lo que vino después. El técnico ademarista, como era lógico, movía su banquillo, sentaba parecía que definitivamente a los ‘pesos pesados’ y, entre otros, sacaba a cancha a Biosca (con paradas decisivas en el tramo final para evitar que el susto acabase en tragedia), Javi García y David Fernández (que apenas duraba cuatro minutos en pista antes de que unGuijosa muy cabreado le devolviera al banquillo).

El Ademar no metió ni un gol en los 13 últimos minutos, en los que se sucedieron los fallos en tiros cómodos y las pérdidas Y llegó el apagón. En la meta del Huesca, que hasta entonces no había olido un balón, Arguillas empezaba a tocar alguno. El ataque ademarista, hasta entonces fluido, se bloqueaba por completo, sucediéndose las pérdidas de balón y los errores en lanzamientos claros. Y para colmo, los leoneses sufrían de forma casi consecutiva dos de sus tres únicas exclusiones. ¿La consecuencia? Que la distancia comenzara poco a poco a disminuir y el pabellón se impacientara, si bien el triunfo nunca llegó a peligrar.

De hecho, el Ademar ya no volvió a marcar. Ni un solo tanto en los 13 últimos minutos firmaron los leoneses, que cerraron el choque con un parcial de 0-7 que dejaba en el engañoso 28-24 el marcador final y provocaba que de la ovación que se presumía se pasara a la fría despedida. Un mal epílogo para una gran función.
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