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Demografía asimétrica

18/02/2021
 Actualizado a 18/02/2021
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El Instituto Nacional de Estadística pone a disposición de los interesados las cifras de población desde 1986 hasta 2020 con una secuencia anual. Si bien es cierto que la metodología para medir el censo no fue exactamente la misma durante todo el tramo temporal, no es menos cierto que el pequeño error que pudiese inducir es aplicable a todos los ayuntamientos.

Por otro lado, el periodo 1986-2020 da una imagen clara del impacto del proceso autonómico en cada provincia. Los inicios del mismo no supusieron el traspaso de muchas competencias y fondos. Fue a partir de 1985 cuando las autonomías cobraron importancia en la gestión de recursos hasta llegar a la situación actual. Hoy en día el aparato público reside fundamentalmente en las autonomías, que gestionan muchos de los servicios públicos y disponen de la mayor porción del dinero. Frente a ellas, el gobierno central es menguante, las diputaciones caminan hacia la minimización y los ayuntamientos, que atienden mucho, lo hacen con pocos fondos.

En el caso de León, la provincia pasó de 530.893 habitantes en 1986 a 456.439 en 2020, es decir somos el 85,96% de los que éramos. Si consideramos el espacio del Consejo Comarcal, es hoy el 85,19% en los mismos términos. El resto de la provincia se ha quedado en el 86,25%. En resumen, no hay una diferencia sustancial en los 35 años considerados, pese a quienes alimentan una visión especialmente negativa en El Bierzo. De hecho, León capital desciende de población desde 1996, mientras Ponferrada empezó a perderla más tarde, en 2011.

En cuanto a los 10 pueblos que más han decrecido están Castrillo de Cabrera y Truchas, en La Cabrera, Escobar de Campos, terracampino, Barjas y Balboa, en el Bierzo, Crémenes, en la montaña oriental, Izagre, Villabraz y Matanza de los Oteros en los páramos del sur, Murias de Paredes, en Omaña, y Quintana y Congosto, en el Jamuz bañezano. Todos ellos han perdido entre el 60% y el 80% de sus habitantes en 35 años. Como se aprecia, no son ayuntamientos mineros, aunque pudiesen residir, como en Crémenes. Para encontrar el primer damnificado por la minería hay que subir al puesto décimo segundo: Sabero, al que le queda el 38,73% de la población. Cifras que se enfrentan al tópico.

Por el lado de los más beneficiados están los que rodean a las ciudades: Villaquilambre, Sariegos, Valverde de la Virgen, San Andrés del Rabanedo, Santovenia de la Valdoncina, Onzonilla y Valdefresno, en torno a León, y Cubillos y Camponaraya, alrededor de una ciudad que absorbía casi todo el crecimiento: Ponferrada. Valencia de Don Juan es el núcleo que se sale de este modelo metropolitano.
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