17/02/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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El otro día en el programa de La2 ‘Un país para escucharlo’, hicieron un recorrido por la escena musical madrileña más activa. Fueron de Los Coronas a Los Punsetes, y dejaron un resquicio para la nostalgia, charlando también con Los Secretos. Si aquellos dos primeros demostraron actitud y creatividad feroces, estos últimos reivindicaron la parte peligrosa de La Movida. Era lo que les quedaba por hacer, porque ponerse boinas del revés estilo Samuel L. Jackson lo hacen yo que sé desde cuándo. Pero eso es lo de menos, a mí lo que me gustó fue la expresión que usó uno de ellos hablando de otro colega de aquellos tiempos, que, por cierto, tuvo un tocayo suyo en León muy carismático también. Dijo: «Canito trabajaba de seguros».

Ni se inmutó el tío con el atrevido sintagma, y tampoco resolvió si su colega tenía despacho o más bien despachaba los recibos de Santa Lucía puerta a puerta haciendo pierna. Igual lo compaginaba, provocadores como eran los grupos pijos de La Movida, con la entrega también puerta a puerta, de una de las más subversivas publicaciones periódicas de aquellos tiempos, ‘El Promotor de la devoción a la Sagrada Familia’. Una revistita muy leída en mi casa entonces, ‘El Promotor’.

Tampoco sabemos si el colega de los Urquijo era de esos vendedores de seguros que según entras en su kioskillo te quieren hacer uno de decesos aunque todavía seas menor de edad o era de los honorables. Como es el caso de mi corredor de confianza, quien, desde su despacho en el misterioso y sórdido edificio de Tráfico, me facilitó las negativas de propuesta suficientes para que luego accediese a asegurarme mi primer coche el Consorcio. No confundir al de Compensación de Seguros con el grupo musical que vendrá en marzo al Auditorio a subsanar el destrozo sonoro cometido hace unas semanas por Mocedades en el mismo emplazamiento. ¡Qué decepción se llevó mi madre!

Decía el padre de un colega que los bancos y los seguros, no se portan bien ni con los difuntos.

Por eso duele tanto pagarles tanto como les pagamos. Casi un sueldo al año se llevan de muchos de nosotros entre casa, coche, vida, accidentes, dental y dentro de nada fijo que también uno para cubrir la dependencia.

Dicen que unificarlos todos con una compañía abarata el precio, pero, si los corredores no se dejan atrapar contractualmente por ninguna compañía sino que hacen de mediadores para varias, no entiendo por qué deberíamos los clientes darle a ganar todo al mismo sólo por ahorrar cuatro euros. Como no sé si el ‘Divide y vencerás’ es pertinente en el tema seguros, yo seguiré buscando consuelo en el que dice ‘En la variedad está el gusto’.
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