Imagen Juan María García Campal

De octubre y ‘Moviembre’

04/11/2020
 Actualizado a 04/11/2020
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Octubre. Acabé el mes pensando la importancia de elegir bien las palabras a utilizar para expresar nuestro pensamiento, nuestra voluntad o relatar algo. Así, no llego a entender que la mayoría de los medios de comunicación hayan usado, para informar de los incidentes callejeros del fin de semana en varias ciudades del país, el término ‘disturbio’, «alteración, turbación de la paz y concordia». Me perdonarán, pero lo que yo he visto, tanto en las fotografías con que ilustraron sus versiones como en vídeos compartidos en las redes sociales, no fueron disturbios, fueron, cuando menos, una forma de vandalismo. Si de pequeña o mayor escala, si gamberrismo o pillaje, que cada cual lo califique, pero vandalismo. Todos fuimos jóvenes y muchos nos hemos manifestado reivindicando lo que creíamos justo. Hasta podría afirmar que en algún momento hemos causado disturbio (yo aún lo causo a quienes osan escucharme cantar), pero no todos hemos obrado con vandalismo. Entre otras cosas, porque la forma en que uno se echa a la calle debe estar en relación con la grandeza y nobleza de las causas que a ello lo llevan. ¡Ah urbanidad!, ¿de quién serás competencia?

En un vídeo de lo sucedido en nuestra plaza de la Catedral, escuché a un enardecido mancebo (joven y más…) explicar que defendían al pueblo. Me recordó los versos de Lundkvist: «El que con mayor grandiosidad habla del pueblo quiere utilizarlo para sus propios fines», «Para el que apela a la libre voluntad del pueblo, el pueblo es una oveja en el redil» y «El que se emborracha con el pueblo convierte al pueblo en alcohol». Ojalá todo fuera cosa del último verso, pero me temo que en estos hechos hay más de los dos previos, más de fines políticos, más de querernos ovejas en el redil.

Moviembre. No, no es errata. Es la españolización del inglés ‘Movember’, contracción de mostacho y noviembre. Un movimiento que cada año hace que algunos varones dejemos crecer el bigote este mes y se organicen actos para concienciar sobre la salud del hombre en temas como el cáncer de próstata, de testículos, la depresión masculina y recaudar fondos para ayudar en cada país a una o más instituciones que luchen contra estas enfermedades. Y es que los machotes también tenemos nuestras cosas, pero, por un lado, normalmente, las hablamos menos y, por otro, nos podemos ahogar en una o varias gotas, no precisamente de agua. Mas de esas putas, delatoras y agobiantes gotas, ya les escribiré en día de mejor humor.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.
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