De la mina quedan las cofradías

La minería vive sus horas más bajas, más bien está desaparecida en la provincia, sin embargo, los mineros salieron a la luz para las celebraciones de Santa Bárbara, su patrona, una tradición muy arraigada que se niega "a cerrar"

Fulgencio Fernández
10/12/2019
 Actualizado a 10/12/2019
Representantes de las cuatro cofradías del valle de Sabero; La Ercina, Sabero, Cistierna y Olleros, a la puerta del Museo de la Minería. | F. FERNÁNDEZ
Representantes de las cuatro cofradías del valle de Sabero; La Ercina, Sabero, Cistierna y Olleros, a la puerta del Museo de la Minería. | F. FERNÁNDEZ
El viejo dicho de que «sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena» se está poniendo de absoluta actualidad pues está tronando, y mucho, para la minería; pero por Santa Bárbara los mineros han vuelto a salir de la oscuridad en la que viven para sumarse a las celebraciones de la patrona, una vieja tradición a la que no parecen dispuestos a renunciar. Ya llamaba la atención en tiempos pasados cómo celebraban por todo lo alto esta festividad un colectivo que no se ha distinguido precisamente por ser muy de iglesia. «Seguramente sea consecuencia del hecho de que como teníamos un trabajo en el que se convive conla muerte sentíamos la necesidad de una mano amiga, de algo a lo que acogernos», explicaba José Arean, presidente de la Cofradía de Santa Bárbara de Olleros de Sabero, encargada de las celebraciones de la patrona en esta localidad.

Sorprendela vitalidad y la actividad que aún mantienen las cofradías del Valle de Sabero, una comarca en la que la actividad minera se acabó ya hace casi treinta años, en 1991, con el cierre de la empresa Hulleras de Sabero y Anexas, ‘la empresa’ como dicen siempre quienes trabajaron en ella, y es que era prácticamente el monocultivo de aquella comarca.

Treinta años después siguen existiendo cofradías en Sabero, que preside Enrique Blanco Solís; en Cistierna, que preside Gregorio Blanco Andrés, Goyo; en Olleros, con el citado José Arean al frente; y en La Ercina, vinculada al Museo de Santa Bárbara existente en la localidad. «También hay en Santa Olaja», explican.

Tres de ellas pasan, y bastante, de los cien socios y la de La Ercina está muy cerca, por lo que «nos encontramos con que en la actualidad hay unos 500 socios de cofradías vinculados a la minería; sin que se hayan planteado nunca desaparecer pese a los terribles momentos que ha vivido el Valle; es como si nos aferráramos a nuestra historia minera», explica Goyo Blanco, quien al frente de la cofradía de Cistierna mantiene otras muchas actividades para que no muera la memoria minera de aquellas tierras. «En las fechas cercanas a Santa Bárbara nos vestimos de mineros, con los monos, las lámparas... y visitamos los colegios, les llevamos unos regalos, les explicamos lo que fue la mina, donde trabajaron muchos parientes suyos, sus padres y abuelos en muchos casos, y organizamos un concurso dedibujo y escultura, que exponemos después en una sala de la iglesia anexa a donde nosotros tenemos y cuidamos la Capilla de Santa Bárbara». A ello hay que sumar, como en las otras cofradías, las celebraciones vinculadas a la festividad de la patrona: «La procesión vestidos de mineros, la comida de hermandad, el recuerdo a los fallecidos en el años y todas esas cosas que se repiten en tantos lugares».

Enrique Blanco recuerda y añora aquellos tiempos en los que la celebración de Santa Bárbara «era la fiesta más importante del año; sin duda», y para ilustrarlo, al margen de otras muchas actividades recuerda los conciertos que se celebraron para esta fiesta. «Por aquí vino Karina, cuando era una figura con El baúl de los recuerdos y Eurovisión; también estuvo Francisco, que tenía mucha fama; pero el que más gente trajo, que no había ni donde aparcar ni nada fue Manolo Escobar, vino gente de toda la provincia... era un tipo muy salao, muy cercano».

- ¿Y la pasta?
- La empresa. Y la cofradía, que cuando hay, hay para todo.

Ahora ya no hay. Quedan «los truenos» y el recuerdo de muchas historias vinculadas a la fiesta de la minería y recogidas en una gran exposición temporal que puede visitarse en el MSM, en la que se suman las imágenes presentes en templos de cuencas mineras con mujeres que se llaman Bárbara o la figura que inspiró a escritores y artistas, de Julio Llamazares a un Lolo que deja muy clara la realidad de la mina.
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