De la incertidumbre a la locura

Por Javier Callejo

10/06/2021
 Actualizado a 10/06/2021
Lucin realiza un lanzamiento durante el partido de cuartos de Copa. | J.L. RECIO / RFEB
Lucin realiza un lanzamiento durante el partido de cuartos de Copa. | J.L. RECIO / RFEB
T ras la incertidumbre que hemos pasado todos en nuestro día a día debido a las circunstancias que rodean a los tiempos que nos están tocando vivir, como es lógico las disciplinas deportivas no se quedan atrás y les ha tocado sufrir de lo lindo para sacar adelante la temporada.

Y es que nuestro Ademar comenzó con muchas incógnitas la temporada que acaba de terminar. Allá por el mes de septiembre, la primera jornada de la liga Asobal se tuvo que aplazar completa por la situación que vivíamos en cuanto a positivos, confinamientos y pruebas. Equipos europeos tenían que jugar sus eliminatorias a solo un partido, y conjuntos como Benidorm veían como esa incertidumbre se cebaba con ellos y provocaba la expulsión de la competición europea por no poder ir a jugar el partido de vuelta frente a Fivers, conjunto austriaco que a la postre fue rival ademarista en el grupo de European League.

A todo esto, se sumaba que la competición doméstica tenía cuatro jornadas más que habitualmente, debido a que solo hubo ascensos y no descensos, por lo que la carga de partidos iba a ser tremenda. Bien, vamos a intentar contar; 34 partidos de liga, 3 de Copa del Rey, 12 de competición europea. Esto son 49 partidos oficiales. Si algún jugador tuvo la suerte de ser convocado con la selección de su país, habrá que sumarle otros 8 partidos del Mundial. Más amistosos, que no los contamos.

Y es que estas cuentas resumen a la perfección la dureza de una temporada normal. Lo malo es que esta no ha sido normal. Varios confinamientos y aplazamientos han ido limando fechas al calendario y han provocado situaciones complicadas de gestionar, porque una cosa es jugar partidos, y otra sobreponerse a excepcionalidades que nuestra cabeza no entiende. El cansancio mental al que han sido sometidos los actores protagonistas, es decir, jugadores y técnicos, no se puede cuantificar.

Por todo esto, parece justo decir que el resumen de la temporada hay que hacerlo desde un prisma distinto al habitual, no solo valorando resultados, ganar o perder, sino más variables importantes. Entre ellas la adaptación a la situación, la mentalidad con la que afrontar partidos muy seguidos –hasta dos en dos días- y con viajes de por medio. Estancias en casa durante días o pérdida de jugadores puntualmente de cara a partidos o entrenamientos. Lo que comenzó con incertidumbre hace unos meses se convirtió en una auténtica locura a nivel organizativo o de previsión.
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