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David Gustavo y el enigma de las piedras

02/08/2020
 Actualizado a 02/08/2020
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Pese al cada vez más imperioso pragmatismo, no obstante, a la gente suelen atraerle los misterios, los secretos, los enigmas, el lenguaje milenario..; en definitiva, averiguar el verdadero significado de lo desconocido. En su defecto, el personal se dedica a matar el tiempo a base de rompecabezas, sudokus o escapes rooms. Incluso hay incentivos. Te dan dinero por ello. Como en un pueblo en el oeste de Francia, en la región de Bretaña, que ofrece 2.000 euros para el que consiga desvelar una enigmática inscripción de hace 230 años que se encuentra en la roca de una playa remota.

Si hay una persona en León dedicada de cuerpo y alma a la desvelación de enigmas, quemándose el cerebro y las pestañas –como ser apasionado y seducido en rastrearlos metódicamente–, intentando dar una explicación convincente a diseños en forma de signos y figuras grabadas o esculpidas; ese es, sin duda, el ingeniero aeronáutico y secretario de la Asociación de Amigos del Patrimonio, Promonumenta, David Gustavo López.

A los ya veintitantos libros publicados, acaba de ser editado por Rimpego su último libro bajo el título ‘Historia oculta, enigmática y heterodoxa de León’. El autor advierte en él que su pretensión no va más allá de la intuición y el asombro ante los pequeños tesoros leoneses, presentes y perennes, que tanto cuesta ver y entender. Sin obviar ni denunciar la incuria de la que han sido objeto: «de los pecados que el desdén y el olvido nos han hecho perpetrar». Porque, como reconoce el propio autor en la introducción: «la heterodoxia debe mezclarse con la credulidad o la arbitrariedad». No sin reconocer también, en un dechado de humildad, que, pese a su propio esfuerzo, perseverancia y aportaciones: «Está todo por descubrir...».

Arranca el texto con su propia hipótesis sobre la enigmática figura en la clave de un arco de la arruinada ermita de Robledo de Omaña. Una paloma sobre un presunto grial. Como precedente, David Gustavo, nos da su comentario personal sobre la versión del cáliz de doña Urraca de la Colegiata de San Isidoro, defendido como genuino Santo Grial por Margarita Ramos y José Miguel Ortega.

La ‘pulchra leonina’ también tiene sus explicaciones metafísicas, desde su orientación solar, hasta las representaciones de «hombres verdes» o culto a los espíritus arbóreos, pasando por los relieves de Mitra y los mensajes en vidrio de Simón el Mago en la capilla de San Clemente.

Sigue el texto con alusión a la superposición de cultos y santuarios, árboles sagrados, fascinación por el agua, montañas divinizadas y mojones sacralizados. Especialmente llama la atención del lector el estudio de David Gustavo de las distintas interpretaciones sobre los pozos y ‘piedras’ de Camposagrado, uno de los yacimientos prehistóricos, a juicio del autor, más enigmáticos y sugerentes del mundo, desgraciadamente perdidos sin remisión. Lo que, a juicio de un servidor, de no haber sido ese gran deterioro, podríamos hablar del Stonehenge leonés. Sigue el texto con un capitulo dedicado a los petroglifos de Santiago de Peñalva, las berzianas huellas templarias y la virgen negra del Bierzo. Continúa con el enigma de María Magdalena ilustrado con un retablo flamenco de la catedral de Astorga. Para seguir con toda una lección y en todos sus pormenores sobre el magisterio gnóstico en la fachada de la iglesia de San Marcos. El texto acaba con un capítulo dedicado a la leyenda de Santo Toribio de Astorga.

En resumen, un libro que todo el leonés que se precie y tenga deseos de saber no debería dejar de leer.
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