"Cuidadme las cosas"

El calecho Memorial Pepe el de Ariego se convirtió en una emotiva reunión de amigos y paisanos de este omañés que nos dejó en diciembre de 2014. La suma de historias y anécdotas fue un calecho de recuerdos.

Fulgencio Fernández
14/08/2015
 Actualizado a 18/09/2019
Por la mesa fueron desfilando amigos de Pepe, como el párroco o su taxista.
Por la mesa fueron desfilando amigos de Pepe, como el párroco o su taxista.
He podido saber, siempre me ha gustado estar bien informado, que os reunís nuevamente en mi casona de Ariego para seguir celebrando esos calechos que tanto me gustaban, aunque me daban trabajo, que tenía que quitar las hierbas del corral, colocar las sillas, tener todo en la cocinonabien colocado, la escuela con los pupitres limpios, el radiocasete con pilas para grabarlo todo. (...) Dicen los carteles, ¡cómo pinta ese Lolo!, que me hacéis un homenaje a mí. Os lo agradezco, pero yo estoy bien aquí. Cuidadme de lo que dejé, los sombreros de paja que no me cojan humedad, las madreñas que estén bien colocadas en el portal, las cachas en su sitio, encender la lumbre en la cocina que la humedad es muy mala, por septiembre que un albañil me repase el tejado...". Son trozos de la sorpresa final del calecho Memorial Pepe el de Ariego, que se celebró en el corral de la casona de este recordado omañés que, como él explicaba: "yo, como bien conocéis, me he tenido que ir de entre vosotros en los últimos días del pasado año 2014. Antes que nada quiero pediros disculpas por el tremendo frío, agua y nieve de los días en los días en los que tuvisteis la generosidad de ir a darme el último adiós. Aún os estoy viendo a algunos en mi pequeña capilla de Santa Lucía, menudo frío, y algunos yo creo que hasta pasasteis algo de miedo". Este la última carta de Pepe, fue leído por un emocionado Nacho Arias, de Onda Cero, quien celebraba estar en el pueblo de sus abuelos y entre sus gentes.

Antes, con el telón de fondo de la música en directo de Miguel Ángel Viñuela y Ana Sarmiento, algunos vecinos y amigos de Pepe contaron vivencias y anécdotas con él; como Manuel García, párroco en la comarca que tuvo el privilegio de tener a Pepe como monaguillo. Recordó conversaciones, anécdota de este hombre «profundamente religioso» y le regaló a la familia su partida de nacimiento.

Caki, su taxista en los viajes a León o el Valle de los Caídos, despertó sonrisas y ternura contando cómo le ponía en el cassette del coche la homilía que había grabado en la Virgen del Camino o como el diputado Pano "se asustaba" cuando llegaban "otra vez a pedir algo para el pueblo del que fue presidente tantos años".
- Era un poco pesado para esas cosas, es verdad, pero muy buena persona, mucho. Para él los rojos... ya sabéis, pero jamás tenía una mala palabra de ninguno, era muy tolerante.
Yantes de la carta, otra omañesa, Irma Basarte puso el corazón de los asistentes en un puño con un pequeño documental sobre Pepe trabajado con mimo. Ycon sensibilidad.
Yal llegar a casa todos miraron en el buzón, saben que Pepe les irá escribiendo pues los ha visto en su casa.
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