17/09/2021
 Actualizado a 17/09/2021
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España no se merece los dirigentes que tiene. Aunque quizá alguno dirá que precisamente tenemos lo que nos merecemos, por nuestra estupidez a la hora de creer promesas electorales populistas, una falta de análisis complejo de quiénes somos y dónde queremos llegar como país y una patológica alergia a la cultura del esfuerzo y la meritocracia.

Padecemos una insustancialidad política muy preocupante, en la que la pérdida de los más mínimos valores, hace que a alguno le parezca normal que el presidente del Gobierno haga una solemne reverencia a la bandera catalana (sin la presencia de la bandera española) en plan saludo Real, rodeado de mossos con sus uniformes de conserjes del Ritz con las zapatillas Converse Chuck Taylor all star azules, mientras minutos después, se permite que se retire la bandera de España de la rueda de prensa del presidente de la comunidad catalana para evitar que saliese en el ‘tiro de cámara’ detrás de él.

Estos dos gestos son una mera anécdota, aunque muy ilustrativa, ante la vergüenza de la organización de una mesa de ‘negociación’, supuestamente bilateral para afrontar el ‘problema catalán’ pasando por alto que el verdadero problema en Cataluña han sido los distintos gobiernos que han tenido y que solo les ha preocupado llenarse los bolsillos de dinero de todos los españoles y alimentar el monstruo del nacionalismo que justifique su propia existencia, dejando la atención y el servicio de los ciudadanos de Cataluña en un segundo plano.

Todos esos gestos y deferencias hacia una de las 19 comunidades y ciudades autónomas, no son más que un desprecio hacia los ciudadanos del resto de España y sus respectivos gobiernos, sean del color que sean, a los que se les manda el mensaje de que el que no llora no mama y que en este país parece salir más a cuenta ser desleal e insolidario con nuestra propia Constitución y nuestros vecinos, si al final te quieres salir con la tuya.

Me gustaría saber si Sánchez tras su visita a Cataluña y aterrizar en un vuelo de 38 minutos entre Barcelona y Zaragoza (comportamiento ecológicamente ejemplar) tuvo la misma deferencia hacia la bandera aragonesa y qué pensarán sus compañeros de partido Tudanca o Fernández Vara viendo que las inversiones e infraestructuras prometidas en sus respectivas comunidades, terminan siempre yendo a Cataluña o al País Vasco.

Reconozco que debe ser duro para alguien como Tudanca, preocupado más en zascandilear y fomentar deslealtades y mociones de censura, seguir defendiendo a Sánchez a capa y espada en sus continuos desprecios a los castellanos y los leoneses, cuando a otros compañeros de partido con más agallas y más visión de Estado como García-Page, no les tiembla el pulso en decir las cosas claras, avisando al presidente del Gobierno que habrá ‘batalla constitucional’ si Cataluña obtiene privilegios frente al resto de España.
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