23/02/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Me contaban el otro día de un establecimiento de hostelería en el que, aparte de ser una casa de citas encubierta, se explota al personal con todo el descaro. Y no me refiero a quienes ejercen el llamado oficio más viejo del mundo, puesto que los clientes ya van acompañados, sino al personal de cocina, limpieza, etc… tanto por la cantidad de horas mal pagadas cuanto por la chulería y el despotismo de la familia que lo regenta. Se da el agravante de que algunas de las personas que allí trabajan experimentan abuso y explotación por ser extranjeras indefensas y en algunos casos sin los papeles en regla. Ciertamente los dueños se están forrando y tengo mis dudas de que paguen legalmentesus impuestos.

Aunque es muy grave la corrupción de los políticos, al menos sabemos que poco a poco van cayendo y que cada día lo van a tener más difícil, porque interesa a sus adversarios ponerlos en evidencia. Por otra parte por muchos que haya, son minoría en comparación con la multitud de abusadores en el mundo empresarial. Que conste que no estamos aquí despreciando el papel tan positivo que desarrollan infinidad de empresarios honrados, pero no podemos olvidar que hay otros verdaderamente sinvergüenzas y aprovechados y, además, impunes.

Muchas veces hemos oído cantar las alabanzas de la reforma laboral actualmente vigente y se dice que ha contribuido a crear muchos puestos de trabajo. No ponemos en duda la necesidad de una reforma que permita una mayor flexibilidad para que puedan sobrevivir muchas empresas. Pero parece comprobado que en nombre de esta reforma también se están cometiendo muchos abusos de empresarios que están ganando mucho dinero y no se conforman, a quienes no importa dejar a la gente en la calle para ganar todavía mucho más. Desgraciadamente las cifras del paro no siempre son tan positivas como parece, puesto que incluyen a muchos de estos empleos que están sujetos a los abusos.

Si realmente se llega a un consenso para formar el gobierno que España necesita, no decimos que se elimine la reforma laboral, pero sí que se revise, para que en su nombre no sigan cometiendo tantos abusos empresarios corrompidos y sin escrúpulos. Aquí podíamos encajar otro abuso muy corriente que es el de la utilización de los jóvenes llamados becarios, a los que se les hace trabajar un montón de horas por una miseria, sabiendo que ante nada o algo se agarran a un clavo ardiente. La lamentable corrupción de los políticos no debería impedirnos reconocer que hay muchísimos más.
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