03/06/2021
 Actualizado a 03/06/2021
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Si no fuera porque hablamos de manos que murieron solas y enjauladas el contraataque de PP y Ciudadanos en las Cortes sobre la Comisión de Investigación de las residencias sería una jugada inteligente. Perdida la mayoría de la cámara por la tránsfuga que convenció el PSOE en el mercadeo de la moción de censura los partidos del gobierno de coalición sabían que oponerse a su creación y llevar, por tanto, el debate a pleno terminaría en una doble derrota, habría comisión y habrían perdido una votación que da titulares. Así que su defensa es un buen ataque: elevar la apuesta. Aceptan la comisión socialista pero amplían su alcance de una manera tan ambiciosa como inabarcable. La nueva petición de comisión de investigación incluye evaluar si se pudo actuar antes para evitar la tragedia insoportable de las residencias, la responsabilidad de todas las administraciones en la pandemia e incluso una comparativa de la evolución por autonomías. La estrategia es ingeniosa. Si se celebra esta comisión ampliada se difuminará el foco sobre la actuación de la Junta y las grandes fotos se las llevarán el exvicepresidente Pablo Iglesias sin coleta o el exministro de Sanidad Salvador Illa que aseguran citarán en la lista de comparecientes.

Si no fuera por la impotencia inenarrable padecida por las familias de residentes, por la incertidumbre constante durante meses y por un aislamiento casi condenatorio para miles de mayores, sin duda habría que aplaudir una artimaña que noquea la pérfida intención del PSOE de mantener su barro de desgaste a la Junta con una suerte de nueva moción de censura encubierta. Porque hasta los socialistas saben, como sabemos todos, que las comisiones de investigación parlamentarias son instrumentos estériles para alimentar tertulias. Un espectáculo yermo e innecesario como fue la moción de Tudanca.Si no fuera por sumar más dolor inútil a la ausencia irremediable… Pero sucede que la política circense olvidó la empatía.
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