Consternación

La comunidad universitaria leonesa sufre el trauma de la muerte violencia de uno de sus alumnos y debe aprovechar la ocasión para enfatizar algunos mensajes

18/05/2021
 Actualizado a 13/12/2023

Conmoción es la palabra que mejor define lo que se está viviendo estos días en la Universidad de León. Todos los crímenes son igual de injustos, innecesarios e inútiles, pero el que se produjo en la madrugada del pasado sábado en León está protagonizado por dos estudiantes y eso ha traumatizado a la comunidad universitaria, que a pesar de que por definición tiene que estar abierta a la sociedad no está, por suerte, acostumbrada a este tipo de sucesos. La sinrazón tomó una de las celebraciones del fin del estado de alarma y son demasiadas, y demasiado precipitadas, las conclusiones que se pueden sacar de todo ello, pero parece evidente que el control sobre los llamados ‘botellones’ tiene que ser, como parece que sí ha sido, estrecho, quizá un poco más si nos atenemos a los últimos acontecimientos. La Universidad dio ayer ejemplo, como no podía ser de otra manera, de la unión y la condena de la violencia, pero quizá el mejor homenaje para la víctima sería que el caso sirviera como ejemplo de la lacra contra la que todos tenemos que luchar sin descanso: la concienciación, para todas las edades, de que la violencia nunca es la solución.

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