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Conciertos y sermones

24/01/2021
 Actualizado a 24/01/2021
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Unos cancelados, los otros cotizados. Los practicantes fastidiados. Cancelada la liturgia a la que me quería llevar mi chica, el concierto en Berlín de Nick Cave de mayo de dos mil veinte pospuesto para mayo de este dos mil veintiuno y cancelado oficialmente ya. Cotizados los sermones, en la parroquia de Dominicas, me dice mi madre, que es muy de esperar al último minuto para hacer su entrada en la iglesia corriendo y que el pasado domingo se quedó sin poder acceder. Una monja, sin velo, controlaba la entrada y daba el alto, sin pinganillo. No, ya no. ¿Perdón? Que está completo. Que «no hay billetes», versión comunión. Haría mucho que no colgaban el cartel y ahora que podían hacerlo no se iban a cortar un pelo en darle notoriedad, como si fuese uno de los deseadísimos conciertos de Nick Cave.

Es normal que la gente acuda a las iglesias y las llene, buscando un poco de consuelo. Un sermón bien dicho es de mucha ayuda y más en estos tiempos. Yo prefiero los estribillos provocadores pero las homilías funcionan bastante bien para calmar el espíritu. Aunque son utilísimas, las dábamos por regaladas y ha llegado el momento en que tampoco. Lo cual está bien, para que no se dé nada por seguro. Mi madre probó en Pinilla y obtuvo la misma respuesta, conque no le quedó más que irse a dar un voltio. Cualquiera que mirase para adentro vería pocas cabecitas, pero es que el aforo se ha reducido con la situación sanitaria y en las iglesias de mi barrio sí que se respeta la separación. No es que los párrocos quieran mandar mensajes molestos en plan «tu otro banco, y cada día el de menos gente». Pero lo importante es que las iglesias siguen abiertas, al contrario que los grandes estadios para conciertos.

Yo echo de menos pero que bastante ver a una buena banda sobre el escenario. Tengo una barbaridad de ganas y por eso me lo estuve pensando el otro día cuando una amiga me ofreció unas entradas que ella no va a poder disfrutar para uno de Aerosmith (consciente de que Steven Tyler no es Nick Cave). Todavía se mantiene en pie para junio de este año pospuesto desde el pasado, pero, experiencia dixit, es casi seguro que se cancele, porque pinta que los grandes estadios seguirán cerrados un tiempo. Es más fácil tirar de sermón, si quiero ceremonia. Buscar una iglesia menos solicitada que las de mi barrio, ponerme el pinganillo con ‘Nature Boy’ o ‘Eat the Rich’ y buscarle el parecido al cura con Steven Tyler, Nick Cave o, si lleva mechón blanco, con Joe Perry. Si Cruzcampo nos ha colado a la Lola Flores, yo puedo ser perfectamente capaz de imaginarme a un músico vestido de sacerdote. Solo tengo que ponerle cara y disimular el auricular en la oreja.

P.D. Mi madre marchó absuelta de la obligación de oír misa ese domingo.
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