Con las manos en la masa - Javier Vega

Javier Vega Corrales acaba de estrenarse en la presidencia de la Cámara de Comercio. Ligado desde niño a la construcción, la gran pasión de este asturleonés es viajar. Le gusta comer bien y presume de bordar algunos platos. Pero nunca había preparado una buena pizza, y ése fue el reto...

Susana Martín
17/09/2017
 Actualizado a 17/09/2019
El empresario Javier Vega, lanzando la masa de una pizza. | DANIEL MARTÍN
El empresario Javier Vega, lanzando la masa de una pizza. | DANIEL MARTÍN
Lleva la construcción en las venas, que ya su padre hacía tejas. Presidente de Aleop, vicepresidente de la Fele, acaba de hacerse cargo de la presidencia de la Cámara de Comercio de León. Javier Vega (Bocines, Asturias, 1961) llegó a León con dos añines –primero a Astorga– y desde entonces conserva las dos ‘nacionalidades’.

A la séptima víctima del Probando, probando le propusimos mancharle de harina... y se dejó. Impecable siempre, el reto fue meterlo en la cocina de La Vespa 50 para preparar una pizza de principio a fin, con ayuda del maestro Paolo. Vega la hizo, se pringó de arriba abajo, la horneó... y entre todos nos la comimos.

– Con tanto trabajo, ¿le queda algo de tiempo libre?
– Tiempo libre no, desatendidas las cosas, tampoco.

– ¿Qué tal se maneja en los fogones?
– Razonablemente bien. Me gusta mucho hacer comidas y cenas para amigos, y ahí lo cocino yo todo.

– Qué especialidades tiene, a ver.
– Suelo hacer una huevada con trufa al año y solomillo al estilo de Carlos Cidón (no a la plancha, sino con dos dedos de aceite), que está espectacular. También unas ensaladas, y el cocer unos centollos y unas andaricas  tampoco se me da mal.

– Le propusimos hacerse pizzero por un día. ¿Qué tal la experiencia?
¿Sueños por cumplir? En lo personal, lo tengo casi todo: estoy felizmente casado, tengo dos hijos fantásticos. Ojalá mis padres hubieran llegado a ver determinados logros. Pero ya no están, es un sueño irrealizable... – Fue muy gratificante. Porque comes un plato pero realmente no sabes cómo se hace, no preguntas. Cuando mis dos hijos eran pequeños, los viernes era el día de la pizza. El otro día vi cómo se hace, cómo se condimenta, cómo hay que sobarla y voltearla. Paolo es muy profesional y me gustó mucho aprender con él, fue fantástico.

– ¿Cuáles son sus platos preferidos?
– La legumbre en general, y en concreto las alubias; los huevos fritos (con puntilla y con pimentón); y muchísimo la comida japonesa.

– Le encanta viajar. ¿Qué es lo más exótico que ha probado por el mundo?
– Me sorprendió el cuy de Perú, una especie de conejo, aunque más bien es una rata grande. En Asia he probado serpiente, cocodrilo... Hay que probar las cosas, aunque algunas den un cierto repelús.

– Recomiéndeme algún viaje fascinante.
– Tres puntos a los que quiero llevar a mis hijos: el Machu Picchu, el glaciar del Perito Moreno y las pirámides de Egipto. Y hay países muy especiales: India, Indonesia, Laponia, Vietnam, Rusia, Centroeuropa...

– ¿Algún destino pendiente?
– Tenía pendiente Japón, pero fui las navidades pasadas. Ahora me gusta más el viaje más corto... Pero si hoy tuviera que viajar, volvería a Argentina.

– ¿Qué más aficiones tiene?
– He esquiado, he jugado mucho a futbito... Y ahora mi gran afición es el golf.

– ¿Le quedan sueños por cumplir?
– En lo profesional he llegado a metas que ni soñaba. En lo personal, lo tengo casi todo: estoy felizmente casado, tengo dos hijos fantásticos. Ojalá mis padres hubieran llegado a ver determinados logros... Pero ya no están, es un sueño irrealizable.

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