Compras con olor a lignina

La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión echa este domingo la trapa después de tres semanas a pie de calle ofreciendo a los lectores esos libros que buscan un nuevo propietario para volver a ser una novedad, esos viejos que para unos no sirven y para otros están aún por descubrir

T.G.
07/11/2021
 Actualizado a 07/11/2021
La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión siempre es una buena oportunidad para hacerse con nuevos títulos. | MAURICIO PEÑA
La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión siempre es una buena oportunidad para hacerse con nuevos títulos. | MAURICIO PEÑA
La calle Pilotos Regueral, y la vuelta a Ruiz de Salazar, lleva oliendo a lignina desde el pasado 16 de octubre. En este punto de la ciudad se congregan miles de libros en los que, aun aparentemente inertes, se producen diversos procesos químicos en su interior. Es la lignina, un polímero vegetal que está presente en el papel y que cuando se oxida lo vuelve amarillento y le da ese olor tan característico a los libros viejos. Ese aroma, adorado por los románticos bibliófilos, lleva toques de madera y vainilla pero esos olores es mejor no definirlos y vivirlos. Todavía queda un día para ello. Hoy es la última oportunidad para acercarse a la XXIX Feria del Libro Antiguo y de Ocasión en la que dar con esos ejemplares descatalogados que ángulos anhelan tener en sus estantes y convertirse en sus nuevos propietarios.

Son muchos los que estas últimas tres semanas han tenido la suerte de volver a ser novedad para nuevos lectores tras ser descartados, por unas u otras razones, por quienes los estrenaron. Los libreros están satisfechos con el transcurso de la cita con la que han vuelto a pie de calle tras el fin de las restricciones por la pandemia, pero no dudan en trasladar un deseo: «Que en futuras ocasiones pueda volver a la plaza de San Marcelo donde se ha celebrado anteriormente o que se elija para la feria otra ubicación con más tránsito de gente». Así lo reconoce Lourdes Rodríguez, quien está detrás del stand de la librería de viejo Camino de Santiago. «Aún así, la gente compra libros ya que hay muchos que están a buen precio y es una buena oportunidad», explica. Tras haber tenido tienda física en la capital leonesa ahora se han trasladado al mundo virtual y ofrecen su amplio fondo a través de internet, y por eso estas citas en la calle les permiten volver al trato directo con los lectores, que siempre es un placer. «Algunos vienen buscando títulos concretos pero otros simplemente se acercan a la aventura», dice. Los amantes de los cómics siempre tienen en este tipo de citas una buena oportunidad para completar sus colecciones, pero también quienes buscan libros de temáticas poco generalistas. Y lo leonés está muy presente en las compras. «Hemos vendido de todo, pero el que más un pequeño libro de cantares tradicionales del que teníamos entre 40 y 50 ejemplares y ya no queda ninguno», cuenta Lourdes que también destaca entre lo más vendido estos días un libro editado por Edilesa sobre la Catedral de León o una revista de arte editada hace 50 años.

Si hay historias detrás de esos libros que buscan nuevas oportunidades, también las hay detrás de los libreros. Es el caso de Jesús Gómez, que está esperando lectores en el expositor de la ONG Azacán. Ellos llegaron desde Valladolid a León con dos toneladas de libros y unos 3.000 títulos. «Estamos contentos, hemos tenido buena acogida y es una alegría poder disfrutar de las ferias después de tanto esfuerzo», dice. Ellos también venden a través de internet y van más allá pues con su proyecto promueven la creación de bibliotecas en país en vías de desarrollo pero también en lugares como la España Vaciada, algo a lo que han contribuido en la localidad leonesa de Villar del Monte graciasa la financiación que logran a través de las ventas de libros de segunda mano y a los voluntarios que contribuyen con su trabajo altruista a ello. «En León estamos muy a gusto, la gente ha sido muy generosa con nuestro proyecto y además, disfruto con quienes vienen a mirar, a la aventura», asegura Jesús mientras unos cuantos leoneses se dejan llevar por los títulos que ofrecen a la espera de cautivar a un nuevo lector y conseguir la nueva oportunidad de volver a ser novedad. Y además, huele a lignina.
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