Comienza una campaña en la azucarera en la que se esperan rendimientos bajos

La fábrica recogerá unas 400.000 toneladas de remolacha con un grado de azúcar que estará en torno al 16,7 por ciento

Pedro J. Abajo
22/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Instalaciones de la fábrica de Azucarera en La Bañeza. | L.N.C.
Instalaciones de la fábrica de Azucarera en La Bañeza. | L.N.C.
Con la previsión de 55 días de molturación y la idea de no realizar ningún paro en la actividad de la factoría, ayer comenzó la campaña en la fábrica de Azucarera de La Bañeza, donde por primera vez se inicia la temporada en pleno invierno después de que la mesa decidiera retrasar la apertura en noviembre, debido a las lluvias caídas durante el otoño y la imposibilidad de arrancar la remolacha en unas condiciones adecuadas.

A pesar de los dos meses de retraso, la fábrica comenzó ayer a recibir los primeros camiones de remolacha para comenzar a molturar mañana, miércoles, o el jueves y según el responsable agrícola de la factoría, Pedro Flórez, la concentración de azúcar en la remolacha todavía se encuentra por debajo de lo deseable pero resulta suficiente para que la campaña sea "más o menos aceptable", si bien las previsiones apuntan a que los rendimientos van a ser más bajos de lo habitual en la provincia leonesa.

Según los responsables de la fábrica, esta medida de retrasar la apertura de las instalaciones de La Bañeza ha permitido que los niveles de azúcar se incrementen hasta el 16,7%, teniendo en cuenta que la raíz estaba ya sufriendo un año de rendimientos bajos debido a las siembras tardías y el ataque de la cercospora en el cultivo.

Se espera que en estos días entren en la fábrica bañezana 400.000 toneladas de remolacha, de las 430.000 previstas inicialmente cuando parte de este aforo, correspondiente a fincas del norte de Zamora, no se había entregado en la fábrica de Toro, donde la campaña sí se desarrolló en las fechas habituales.

Además de los bajos rendimientos y de una riqueza menor de lo esperado, el inicio de esta campaña viene marcado por la tensa situación que se vive desde hace meses entre cultivadores e industria a cuenta del nuevo sistema de precios establecido para el año que viene, donde el agricultor percibirá en torno a seis euros menos por tonelada de remolacha, en función del precio del azúcar en el mercado.
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