Cierre de Endesa: "Hay gente que se queda por completo en fuera de juego"

El fin de la historia de las centrales térmicas en la provincia deja recuerdos imborrables pero también tachones por la falta de solución a los auxiliares

Estefanía Niño / D.M.
30/06/2020
 Actualizado a 01/07/2020
Los trabajadores de las empresas auxiliares levantaron este martes el campamento reivindicativo que levantaron hace dos años. | L.N. C
Los trabajadores de las empresas auxiliares levantaron este martes el campamento reivindicativo que levantaron hace dos años. | L.N. C
¿Qué queda ya por reivindicar? Se preguntan los trabajadores de empresas auxiliares que durante dos años han mantenido el campamento reivindicativo a las puertas de la central térmica de Compostilla. Este martes levantaban las tiendas de campaña, coincidiendo con el fin de la historia de la energía térmica en la provincia de León, pero en el Bierzo, a las puertas de la central, dejarán la simbólica representación del cementerio de cruces que representan los empleos destruidos y las familias sin futuro que quedan tras el cierre des instalaciones de Endesa en la comarca.

Es la cara más amarga que resta de los más de 70 años de la historia de Endesa en el Bierzo, porque aunque los trabajadores de la matriz pueden recolocarse enotros lugares, no es así con los externos.Si bien con el cierre de Anllares, de Naturgy han sido recolocados en tareas de desmantelamiento,los auxiliares de Compostilla no tienen claro que futuro les puede esperar. «Ha habido muy buenas palabras de todoslos políticos, pero solo palabras. Esta caseta que hoy desmontamos tienen más dignidad que todos los que han pasado por aquí, con el resultado de habernos quedado igual que estábamos» explica Alonso Roa, portavoz de los auxiliares. Otros esperan a saber que harán cada una de las empresas que ha estado prestando servicios externos a Compostilla, desde limpieza industrial hasta mantenimiento o transportes… Unos pocos se han reclocado en Forestalia «pero buscándose ellos la vida, no ha habido ningún oplan, hay gente que con 58, 59 años y más de 20 años de experiencia se queda por completo en fuera de juego».

Más de 1.000 empleos quedan por el camino con el cierre, este 30 de junio que de las dos centrales de la provincia, Compostilla y La Robla, después de que hace unos meses fuera el turno de la central de Anllares, de Naturgy.Y por el momento quedarán paa el recuerdo las simbólicas instalaciones al pasar cerca de Cubillos y visibles desde casi toda la corona berciana. También todo lo que supuso en Endesa para la comarca, el poblado que compartieron varios cientos de familias de trabajdores, la Escuela de Aprendices, los derechos ganados...

Junto a Compostilla, echa el cierre en la provinciala central de la Robla, tras casi cinco décadas de actividad en la montaña central leonesa las grandes chimeneas, visibles en kilómetros a la redonda, pasarán a ser parte de la historia industrial más reciente de la comarca. Una historia que fue sinónimo de riqueza, población y empleo coincidiendo con los mejores años de la actividad minera. Los años 70 marcaron el inicio de esta central, y es que en 1971 el Grupo I –de 270 mw nominales- se acoplaba a la red en el mes de septiembre. Años después, en noviembre de 1984, se ponía en servicio el denominado Grupo II con un tamaño de 350 mw.

José Antonio Diago
, ya jubilado de la térmica roblana recordaba que «cuando se puso en servicio el segundo grupo en plantilla éramos 226 personas,contratados enlimpieza El Sol eran sobre 40, y seguridad sobre 16, entraban tres en turno de día y cuatro en el de noche». A este importante número de empleos directos durante los años de mayor actividad se suman los indirectos, y es que según señalaba, hasta que su puso en marcha la cinta de carbón los camioneros eran un sector muy ligado a las instalaciones. Así, recordando calcula que “si un camión carga sobre 25 toneladas y entre los dos grupos se quemaban unas 6.000 diarias pues pasarían unos 240 camiones diarios». A ello se suman las revisiones, que «se hacían cada 3 años», que también han supuesto un foco de empleo, «cada año y medio se hacía una revisión en un grupo, solían durar algo más de un mes y movía unas 400 personas». Teniendo en cuenta todo este flujo de empleos directos e indirectos, este trabajador indicaba en declaraciones a La Nueva Crónica que «la población flotante de La Robla en aquellos tiempos, principios de los ochenta, era de unas 2000 personas». Como dato añadido en sus recuerdos de esta etapa de su vida laboral, apuntaba que «hasta 1995 iba y venía de Madrid a reuniones en Talgo, pues de aquella paraba en La Robla».

En el año 1986, uno de los de mayor actividad, y con Unión Fenosa como titular de las instalaciones, fuentes cercanas a la dirección de la central roblana concretaban que entonces la plantilla era de 150 de personas, y unas 80 en contratas. Las últimas cifras oficiales, dadas en diciembre de 2018 con motivo de la orden de cierre, apuntan que la plantilla era de 78 personas y las contratas de 42, cifra que se ha ido rebajando debido a las prejubilaciones y los traslados.
Hay quien ha visto nacer y crecer las instalaciones queahora se cierran. Hasta 5 grupos funcionando en Compostilla. Era sólo cuestión de que llegara este día 30 de junio, porque el fin se conocía desde hace casi dos años.
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