Castañón: "La historia con la infancia es ni una mala palabra ni una buena acción"

El psicólogo Miguel Ángel González Castañón ofrece este miércoles la charla ‘La intervención psicológica frente al maltrato infantil’

Fulgencio Fernández
13/02/2018
 Actualizado a 16/09/2019
El psicólogo Miguel Ángel González Castañón.
El psicólogo Miguel Ángel González Castañón.
He estado cerca de 10 años recopilando anuncios publicitarios de todo el mundo para ilustrar muchas teorías psicológicas que voy a exponer en la conferencia de este miércoles en el Ayuntamiento de León (a las 20 horas) pues muchas veces 20 segundos te ahorran media hora de explicaciones». Así explica el psicólogo leonés Miguel Ángel González Castañón —del Centro de Psicología Conductual—el didáctico y ameno método que utilizará esta tarde en su charla ‘Intervención psicológica frente al maltrato infantil’, con entrada libre. Dice el conferenciante que «yo recomendaría ir, no ya por lo que cuente sino por lo que enseño después de una larga selección de imágenes».

Avanza Castañón a la hora de hacer una valoración global que el resumen de cómo se ha tratado a los niños a lo largo de la historia es simple, y duro: «Con los niños ni una mala palabra, ni una buena acción, o al revés, todo buenas palabras y malas acciones».

El doctor Kellogs creía que el consumo de carne propiciaba la masturbación e inventó los cereales El desarrollo de la charla comenzará con un breve repaso histórico del maltrato psicológico a menores. «Si nos vamos hasta los siglos XVIIIy XIX la infancia no existía, los hijos eran una propiedad de los padres que disponían de ellos a su libre albedrío, sobre todo las niñas, cuya situación se agravaba con malos tratos, violaciones... casi eran esclavas». Antes de 1800 aparece una obra fundamental, Emilio, de Rousseau, para tomar conciencia de su existencia pero «sigue dependiendo del padre, es el perverso polimorfo, que decía Freud, o un adulto en potencia, un futurible que nos fuera útil».

La infancia como tal no empieza a reconocerse hasta los siglos XX y XXI pero, matiza Castañón, «se mantiene la historia de cómo se la ha controlado»; y lo explica con algunos ejemplos muy significativos. «En el XIX y la entrada del XX cualquier enfermedad de los niños que se conocieran las causas se le atribuía a la masturbación, hasta el punto de que hay cientos de manuales alertando del peligro que supone la masturbación; se patentaron guantes, bragueros, se practicó la ablación de clítoris y el doctor Kellogs mantenía la teoría de que los niños comían demasiada carne y esto  propiciaba la masturbación por lo que inventó los cereales que llevan su nombre para combatir la masturbación. Este mito se mantuvo hasta no hace tanto, cuando se creía que la masturbación te dejaba ciego y esas cosas».

La ‘moda’ de colocar a los bebés boca abajo multiplicó por 20 las muertes súbitas y nadie pagó por ello Otro hecho, «anecdótico pero significativo», también es reciente, «la moda no basada en ningún estudio que recomendaba colocar a los niños boca abajo para que no se ahogaran. No hay ningún dato que lo avale pero sí se sabe que esta costumbre multiplicó la muerte súbita por veinte. Esta campaña de los 90 fue un crimen más contra la infancia y nadie ha respondido por ello».

A partir de ahí y con el hilo conductor de los anuncios publicitarios Castañón ira abordando los diversos modelos de maltrato infantil: físico, negligencia, abandono, toxicológico, sexual e incluso institucional, «en ámbitos como las escuelas o la discapacidad, que incumplen por sistema y nadie dice nada».

- ¿Se puede prevenir?

- Por procesos educativos, con modelos a imitar. No podemos pretender que los niños no digan tacos si nosotros los decimos, que no agredan si ven agredir...

Y todo ello lo contará Castañón con 34 spots publicitarios cuidadosamente elegidos, «unos son específicos de la prevención del maltrato y otros que muestran lo que es la imitación de modelos».  Y explica uno: «Hay una niña inglesa que le sirve el te a unas muñecas con las que juega; coge un sobre con azúcar, lo tira encima de la mesa y con el papel del propio sobre va haciendo rayas sobre la mesa».
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