Carissimo: "Trabajamos con unos 800 gatos, les esterilizamos, les cuidamos y les alimentamos"

Entrevista a la presidenta de la Protectora de Animales Argos León

L.N.C.
01/03/2021
 Actualizado a 01/03/2021
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Esta es sin duda alguna una historia de gatos, de muchos gatos, de cientos de gatos. Pero no tiene nada que ver con la gran tradición de algunos de los grandes novelistas japoneses, como Murakami, que idolatran a los pequeños felinos y que, casi siempre, ocupan un espacio relevante en sus historias. La trama es mucho más sencilla y se desarrolla en un escenario mucho más cercano, a la vuelta de la esquina. Son gatos que durante meses o años fueron los reyes de casa, uno más de la familia, pero que en un momento determinado les echaron a la calle sin miramientos. No son los únicos en esta historia, también son protagonistas aquellos que ni tan siquiera tuvieron la ocasión de saborear el calor del hogar, una higiene adecuada, un colchón al lado del radiador. Nacieron en la calle.

Y aquí es donde entra en juego Argos, para ser más precisos ‘Protectora de Animales Argos León’. Y es curioso que hayan elegido Argos, el nombre del perro que trascendió a la historia por su lealtad y fidelidad a Ulises y a Penélope. En 2011 Carmen Carissimo junto con Ester, Maite, Camino, Leni, Pili y Fina decidieron cambiar el rumbo, hasta entonces ligado a la protectora de animales, y orientaron la brújula hacia las colonias de felinos que pueblan León, y algunos municipios del entorno del extrarradio, para darle una oportunidad. Había que alimentarles, curarles las heridas, esterilizarles, y había que evitar situaciones comprometidas de ruido y suciedad y abandono, que en muchas ocasiones sacan lo más oscuro de la condición humana.

– Un día decidís que había que hacer algo con esas colonias de gatos abandonados a su suerte, y muchas veces en confrontación directa con vecinos cansados de ruidos a deshoras y malos olores.
– Queríamos poner orden a esa situación porque estamos hablando de cerca de sesenta colonias de gatos diseminadas por León y por algunos municipios del extrarradio con es el caso de Sariegos, Villaquilambre, Valdefresno e incluso más allá de la periferia, como es el caso de Santa María del Paramo. Trabajamos con dos tipos de gatos, los ferales, que han nacido en la calle y sólo reconocen a los cuidadores que les alimentan y les cuidan las heridas y los domésticos que han vivido en un hogar y conocieron cómo se vive de cómodo entre cuatro paredes aunque al final fueron abandonados a su suerte.

– Si hablamos de casi sesenta colonias es que se trata de un número considerable de felinos. ¿Con cuántos voluntarios cuentan para hacer el trabajo diario?
– Podríamos calcular entorno a unos ochocientos gatos a los que hay que cuidar y cubrir sus necesidades, alimentares, sanearles... Para hacer toda esta tarea contamos con algo más de sesenta voluntarios, mujeres, hombres, jóvenes y no tan jóvenes, que establecen un vínculo con los gatos con los que tienen contacto diario. Ellos reconocen a sus cuidadores hasta por su forma de andar y cuando perciben que están cerca, aparecen. Incluso los más esquivos, los que han nacido en la calle, saben quiénes son sus cuidadores y cuando, por ejemplo, tienen algún descendiente que necesita ayuda veterinaria les señalan dónde están o directamente los hacen visibles y, si es necesario, dejan que se los lleven para curarlos y cuando y están en condiciones los devuelven a su colonia.

– ¿Qué requisitos piden a los voluntarios que desarrollan el trabajo?
– El primer paso es una charla en la que explicamos cómo hacemos el trabajo y qué cosas debemos terne en cuenta. Todo gira en torno al programa CER, Captación, Esterilización y Retorno. Por medio de jaulas trampas les capturamos para proceder a su esterilización, fundamental para el control de las colonias. Una vez concluida la operación ya solo queda que devolverles a su colonia. Este programa de esterilización también se aplica en otros puntos de la provincia.

– ¿Con qué apoyo cuentan para realizar la esterilización?
– Contamos con el apoyo de varias clínicas que nos aplican unos precios muy bajos y sobre todo contamos con el trabajo y el respaldo de la Clínica Veterinaria de la Universidad de León, que es muy importante.

– Toda este trabajo ha debido calmar a los vecinos que no veían con agrado las colonias descontroladas.
– Al principio muchas personas no estaban nada cómodos con unos vecinos tan particulares. Pero poco a poco hemos ido cambiando la situación. Les damos de comer a primera y a última hora del día, y a medida que mejoró la situación sanitaria de los gatos ha ido cambiando la percepción. Y poco a poco desaparecían los ruidos, el mal olor, las ratas y las cucarachas y ya con la esterilización evitamos el crecimiento descontrolado de las colonias.

– Y además servirá para que no les den comida aparte.
– Si, es cierto, se acostumbran y sólo atienden los cuidadores, que cumplen los horarios sobre todo de comidas y así se previenen males mayores como cuando alguien les daba comida fuera de los horarios habituales. Todos los gatos llevan una marca en la oreja, las hembras en la derecha y los machos en la izquierda y reconocen a sus cuidadores. Son muy inteligentes. De hecho suelen entrar en celo al mismo tiempo porque de esa manera, si una madre muere y deja a su camada en solitario, alguna de las otras madres se hace cargo de ellos y los cuidan. Y como ya comenté si alguno de los pequeños está enfermo te lo hacen saber para que te los lleves, les cuides y les devuelvas. Los ferales, que ya nacieron en la calle, les cuesta un poco más, pero también te avisan cuando algún miembro de la camada está enfermo para que les cures.

– Supongo que la pandemia ha dificultado un poco más el trabajo.
– Ha sido complicado. El confinamiento nos puso muchas trabas para hacer nuestro trabajo, pero hemos intentado sortearlas de la manera más eficaz.

– ¿Con qué recursos cuentan?
– Este es un mal momento. Antes de la pandemia contábamos con las campañas de recogida de algunas asociaciones como MasQPerros que también hacían acopio de alimento para los gatos. ¿Ahora? Contamos con el apoyo del centenar de socios. En algunos casos los cuidadores pagan de su bolsillo la comida de los gatos. El ayuntamiento tampoco ayuda porque ha sancionado a algunos de los voluntarios que se encargan del cuidado y la alimentación.

– Forman parte de la Plataforma del Voluntariado. ¿Les ha dado más visibilidad?
– La plataforma no ha ayudado tener más visibilidad y a entrar en contacto con otras asociaciones que trabajan en campos similares. Gracias al boletín mensual de la Plataforma conocemos la hoja de ruta de actividades y podemos intercambiar información. Y a veces nos piden voluntarios o cuidadores. Es muy positivo y por eso hemos formado parte de la estructura casi desde que surgió Argos.

– Y ahora un paso más con la puesta en marcha de la Plataforma de Voluntarios de Castilla y León, con sede aquí.
– La nueva organización, una vez que coja velocidad, nos permitirá hacernos visibles en otras provincias y entrar en contacto con otras organizaciones, tanto si trabajan en áreas como la nuestra como si se dedican a otras actividades. Esta interacción nos ayuda a todos.
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