02/07/2021
 Actualizado a 02/07/2021
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Está muy extendido últimamente que haya políticos que su única motivación sea la telegenia, empujados por un ego infinito y un exceso de halagos mañaneros de su propio espejo del baño que a la pregunta «espejito, espejito, ¿quién es el político más chachi del país?» su reflejo no duda en decir que con él (o ella) se rompió el molde.

Este exceso de tontería, al final lo terminamos padeciendo los ciudadanos, ya que esa soberbia no se limita a mostrarse solo en una forma de caminar, de mirar a cámara, de sonreír sensualmente… sino que acaba reflejándose en las políticas del día a día e incluso pueden llegar a afectar a varias generaciones de un país durante décadas.

En el caso español, Sánchez ya hace tiempo que camina más allá de la línea del sentido común, tomando multitud de decisiones que está seguro son las adecuadas, aunque gran parte de la población e incluso de sus colaboradores más cercanos, le estén diciendo que son inmensos errores.

Tras el insulto de los indultos a los golpistas independentistas catalanes y los esfuerzos para que tampoco respondan a las penas económicas por malversación de dinero público, sobrevuela por la política nacional un tufillo preocupante de un posible futuro acuerdo para la celebración de un referéndum de independencia de Cataluña.

A Sánchez cada día se le está poniendo más cara de David Cameron. El primer ministro británico más joven en acceder a tal responsabilidad con tan solo 43 años que será recordado porque llevado por una increíble estupidez, convocó el referéndum del Brexit, a pesar de no estar obligado a ello y ser él mismo contrario a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

A partir de aquella decisión, con la que esperaba cerrar para siempre un debate, una cadena de errores, populismos y melancolía imperial, condujeron a su país a la mayor incertidumbre de la historia desde la II Guerra Mundial y a Cameron a tener una valoración positiva de menos del 10% de sus compatriotas, con continuas críticas hacia su arrogancia y autocomplacencia.

Alguno de ustedes me puede decir que en multitud de ocasiones (la última hace tan solo un par de días) Pedro Sánchez se ha mostrado firme contra la posibilidad de un referéndum en Cataluña, pero qué quieren que les diga, cada vez que le veo asegurar con más vehemencia su negativa a autorizar esta consulta ciudadana, más recuerdo cuando prometía que no pactaría con Bildu, que nunca haría gobierno con Iglesias o que nunca indultaría a los golpistas independentistas (entre otras muchas promesas incumplidas) y menos me lo creo.

James Cameron pasa su prematuro retiro dando conferencias internacionales (en su país aún no le quieren ni ver) a 140000€ cada una, escribió sus memorias por las que cobró casi un millón de euros y es consultor de algún fondo de inversión.

Estoy seguro que hasta en eso a Sánchez se le va a poner cara de Cameron.
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