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Camada de influenciadores

17/05/2021
 Actualizado a 17/05/2021
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Un ‘influencer’ se dedica, como su nombre señala, a influir por medio de las redes sociales en la opinión, en las compras o en los hábitos sociales de los demás. Sobre todo de los que se creen cualquier cosa que entra por Facebook, YouTube, Instagram o TikTok, que son algunas de las plataformas a través de las cuales estos presuntos prescriptores llegan a la gente, sobre todo a la gente de mi generación y de ahí para abajo, la que prefiere que le den las cosas ya pensadas.

La primera vez que oí esta palabra me quedé un poco desconcertado pensando en qué personas se dedican a esto y en qué influyen, qué clase de influencia ejercen y sobre quién influyen. Después, cuando el ‘Observatorio de palabras’ de la RAE, el departamento que ofrece información sobre términos o acepciones y expresiones que no aparecen en el diccionario, lo aclaró diciendo que son los influenciadores de toda la vida ya fui despejando alguna duda.

Sin embargo, como siempre es más fácil entender las cosas con ejemplos, además de la historia de unos cuantos vagos que pretenden vivir del cuento a cuenta de hacer vídeos de cualquier tipo por absurdos que parezcan y subirlos a las redes, como los que se mudaron a Andorra para no tener que pagar impuestos y gozar del IVA más bajo de Europa, le contaré una anécdota de esta misma semana.

Aparte de los que tienen millones de seguidores, están los influidores de andar por casa. Sí, esos que aprovechan los cuatro amigos que tienen en las redes sociales para escribirles alguna recomendación sobre algún producto y aprovechar que les salga gratis la cesta de la compra. O la comida en un restaurante o cualquier cosa que se les antoje.

Andan dos o tres –dos o tres estos días, porque por desgracia esto no es nuevo ni una costumbre pasajera– por las empresas y comercios de la provincia pidiendo productos para recomendar en sus redes. No le voy a dar nombres para no arruinarles el chollo, pero si tiene o trabaja en una empresa de alimentación, comercio, hostelería o similar, tenga cuidado porque una camada de estos nuevos ‘influencers’ tragaldabas de toda la vida anda por ahí suelta.
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