Calendario de saberes viejos

El calendario San Jorge de la Agricultura y la Construcción que cada año edita el arquitecto Paco Alonso ya es un clásico de estas fechas. Ya está en la calle el de 2019, con ese compendio de saberes que aúna la experiencia biológica y la tradición rural, es decir ciencia más tradición y saberes

Fulgencio Fernández
07/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Paco Alonso salió de su pueblo, San Esteban de Nogales. siendo un niño, primero becado para estudiar en León y después para cursar la carrera de Arquitectura en Valencia... Pero jamás dejó de regresar a su pueblo. De hecho ahora, ya jubilado, ha vuelto allí para quedarse a vivir.


A Paco Alonso siempre le pareció que no estaban reñidos los saberes viejos que utilizaban sus padres agricultores y las gentes de su pueblo con las materias y ciencias que estudiaba. Le chirriaba al llegar a un pueblo, con las casas orientadas hacia el mismo lugar que una moderna construcción mirara hacia otro; que cuando usaban los materiales y colores que la experiencia les dictaba llegaran otros sin ninguna relación con la tierra y sin ninguna explicación.A Paco Alonso le extrañaba que la construcción fuera ajena a la vida y comenzó a practicar la bioarquitectura. «Siempre recordaba la casa de mis padres, en la que no hubo arquitectos, una casa grande, de pueblo, adaptada a las necesidades de la vida, con su corral grande para que entrara el carro, con las vacas andando por allí, árboles con pájaros y el huerto. Ahora pienso que si me piden la casa ideal sería ésa, con un huerta para el autoabastecimiento, con productos naturales...».Y todas estas ideas, experiencias, saberes, tradiciones,estudios... los fue sistematizando y con buena parte de ellos —los dedicados a la construcción, su profesión, y a la agricultura, la de sus padres y sus gentes—escribe cada año su ya famoso Calendario de la Agricultura y la Construcción San Jorge que, anuncia en su portada, ‘señala los días serenos de laboreo y albañilería’. «El calendario reúne conocimientos de astronomía , experiencia agrícola y tradición rural», explica. El del año 2019 ya está en la calle, en las librerías, con su formato habitual, o se puede solicitar al correo electrónico architextura@telefonica.net.Señala Alonso que el motivo central para publicar este calendario es «el deseo de conocer y divulgar el momento idóneo de la vitalidad de las plantas, de los animales, del hombre y de los ecosistemas en general, es motivo para editar este calendario. A la vez colaborar a la soberanía alimentaria y habitacional en la que hemos crecido y a la biodiversidad natural que asiste nuestra autosuficiencia».

En los reconocimientos que hace a quienes han sido fundamentales para confeccionar este compendio de saberes útiles —que muchas veces se ha definido como El Calendario Zaragozano de León— están las claves del mismo y también recuerda lo que ofrece en cada uno de los doce meses: «Los periodos de siembra y recolección, laboreo, transplante, podas y otras labores; los periodos idóneos de riego teniendo en cuenta las fases lunares; los días alterados de atmósfera ionizada y ‘revueltas del tiempo’; los días propicios a los distintos oficios de la construcción; las oportunas recomendaciones terapéuticas o los días favorables para hacer pan.

Así, por ejemplo, cuando podíamos pensar que nada se puede hacer en estos días fríos y duros de enero, el Calendario San Jorge nos recuerda que «desde ayer, día de Reyes, y hasta el 19 de enero, con luna ascendente, se debe limpiar la vegetación adventicia, las plantas y raíces no deseadas; y que el día 16 es propicio para limpiar los troncos de los árboles. También son buenas fechas para plantar los ajos y otros bulbos los días 16, 17, 18, 25, 26 y 27», de ahí que también recoge un refrán que lo explica: «Lo que va de enero pierde el ajero». Los refranes es otro de los apartados que tienen espacio en las 48 páginas de esta publicación. Otros referidos a este primer mes del años son «enero y febrero comen más que Madrid y Toledo», «agua de Enero cada gota vale un dinero», «nieve menuda yerba segura» o «en Enero cada oveja con su cordero».

También es tiempo para otro apartado al que dedica mucha atención, las terapias, en este caso contra el fuego bacteriano para los perales, que así se trata: «Embarrar el tronco con una lechada de barro, boñiga, suero de leche o kefir, ajo, laurel y otras plantas antiparasitarias de las que habla en otros apartados».

Es solamente el ejemplo del mes de enero, así va estudiando los doce meses, otros muchos más activos. También una larga lista de, por ejemplo, insecticidas biológicos y su forma de preparación: el ajenjo contra pulgones, orugas, hormigas, roya; el ajo en infusión contra las enfermedades criptogámicas y bacterianas como la taraona del fresal, los ácaros, los pulgones y rascando los dientes del ajo para el tronco enfermo o dañado.

En fin, una larga y jugosa lista de remedios de agricultura y construcción.
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