Cada vez menos

Dicen a menudo los políticos cuando se le pregunta por el tema y, como suele ser habitual en ellos, quieren echar balones fuera, que en realidad son más personas las que vienen que las que se van. Hay una parte de verdad y otra mentira en la afirmación, ya que el saldo migratorio es positivo, cierto, y lo es gracias a los extranjeros: a León llegaron el año pasado 1.140 personas de las que alrededor de mil tenían otra nacionalidad. Es decir: el saldo migratorio es positivo pero la pérdida de población sigue siendo sangrante desde todos los puntos de vista, puesto que a pesar de que vengan más personas de las que se van lo cierto es que por cada nacimiento se registran tres muertes, una tónica en la que llevamos demasiado tiempo y que se ha convertido en uno de los problemas más graves de nuestra sociedad, ya que sus consecuencias no se palian precisamente con el saldo migratorio del que nos salvan los extranjeros que huyen de países en los que la pobreza y la falta de oportunidades invitan a buscar otros destinos. Un problema que condiciona todo lo demás y que debe ser prioritario para nuestros dirigentes políticos,