Bidasoa 25 - Abanca Ademar 18: 'Una primera parte imposible de levantar'

El equipo irundarra pasa por encima de un conjunto leonés que se estrelló contra Rangel y tras irse seis abajo al descanso no pudo bajar la diferencia por debajo de los cinco goles en toda la segunda mitad

Jesús Coca Aguilera
18/09/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Biosca, Acacio y Diego Dorado aplauden a sus compañeros en un tiempo muerto que Guijosa y Juanjo Fernández afrontan con gesto serio. | JAVIER QUINTANA
Biosca, Acacio y Diego Dorado aplauden a sus compañeros en un tiempo muerto que Guijosa y Juanjo Fernández afrontan con gesto serio. | JAVIER QUINTANA
Hay días en los que nada parece salir bien. Que los lanzamientos no entran, las pérdidas se suceden, la defensa no funciona y la portería no ve balones. Y cuando todo eso pasa, pensar en ganar es imposible.

Alguno de esos partidos sufre todos los años al Abanca Ademar. Y esta vez llegó ya en la cuarta jornada, en el cuarto encuentro en 10 días que disputaban los de Rafa Guijosa. Y el beneficiado fue, y mucho puso de su parte para ello porque demostraron con una gran actuación el porqué son el gran candidato a ser la revelación, el Bidasoa de Jacobo Cuétara, que le pasó por encima y le acabó derrotando 25-18.

Desde 2002 siempre que había visitado el Ademar Artaleku había ganado, pero la racha se cortó de forma sangrante. Porque el partido se rompió ya en la primera parte y tras el descanso, aunque la brecha no se abrió más, los leoneses tampoco pudieron ya nunca meterse en el choque.

Únicamente durante los primeros 16 minutos el Ademar tuvo sus opciones. En ningún momento llegaron a ir por delante los leoneses, pero aprovechando las numerosas pérdidas de balón de los irundarras (cuatro en los siete primeros minutos) y sus exclusiones (dos en ese tramo), aunque las sensaciones no eran buenas el resultado era 7-6.

Sin embargo, las perspectivas no eran malas. Ni Odriozola, ni Cavero ni Crowley podían vestirse, por lo que el Bidasoa sólo tenía dos extremos diestros que debían ‘comerse’ todos los minutos, uno de ellos actuando a mano cambiada. Y en el Ademar, aunque también tenía las importantes bajas de Mario y Juanín, Guijosa había apostado por salir de inicio con David, Acacio y Rodrigo en la primera línea, por lo que la frescura de su mayor rotación podía ser un factor fundamental.

El Ademar nunca fue por delante. Y, tras un parcial de 5-0 que puso el 12-6, no pudo volver a entrar en el choque No obstante, ninguna de esas lecturas acabó teniendo sentido, porque en 15 minutos decisivos el Bidasoa fue un ciclón imparable e impenetrable. 9 largos minutos se pasó el Ademar sin ver puerta, estrellándose contra un Rangel inmenso y espectacular, no sólo en esos momentos sino también tras el descanso evitando que hubiera reacción. Y mientras tanto, a base de ‘zambombazos’ ante los que un desafortunado Biosca nada pudo hacer, el Bidasoa iba abriendo la brecha, hasta que con un parcial de 5-0 se iban a los seis goles de diferencia (12-6) que se mantenían a la hora de irse al descanso (15-9).

Había tiempo, pero ya no margen de error. Sin embargo, la remontada nunca llegó a ser una opción. Pese a las paradas de Slavic, que acabó con un 41%, el muro que fue Rangel impedía que la distancia se redujera, llegando una máxima de siete (19-12) en el minuto 45 que hacía que Rafa Guijosa pidiera su último tiempo muerto y optara por medidas desesperadas, como era un 4-2 defensivo que no provocó los robos buscados.

Y es que, desde aquel decisivo parcial, los leoneses nunca llegaron a bajar por debajo de los 5 goles. Y cuando,con 20-14 a falta de 11 minutos, desaprovecharon una superioridad cometiendo dos pérdidas consecutivas, cualquier esperanza se esfumó.El Bidasoa sigue invicto, el Ademar muerde el polvo por primera vez esta temporada. ¿Lo mejor? Que no hay tiempo para lamentarse, porque el sábado llega el Bucarest en la ‘Champions’. Ahí, los de Guijosa buscarán lamer sus heridas.
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