Belén Ordóñez, la fuerza de una pasión

La intérprete iba para arquitecta cuando descubrió que su pasión por la música era más fuerte y verdadera y que solo en ella encontraría una forma de vida satisfactoria

Mercedes G. Rojo
14/01/2020
 Actualizado a 14/01/2020
Ordóñez en el Camarote Madrid. | SAÚL ARÉN
Ordóñez en el Camarote Madrid. | SAÚL ARÉN
"La música como hilo conductor de situaciones incomprensibles, en las que sobran las palabras". (Belén Ordóñez. Pianista).

"La selección de lo verdadero, y la claridad en las prioridades, desarrolla una disciplina que nos mantiene activos". Estas palabras forman parte del comienzo de un relato que nuestra protagonista de hoy escribe para la revista cultural Epicuro.es, al hilo de un personaje que descubre en la música su verdadera pasión. Quizá en el fondo sean el eco de su propia realidad. Y es que la leonesa Belén Ordoñez Badiola iba para arquitecta cuando descubrió que su pasión por la música era más fuerte y verdadera y que solo en ella encontraría una forma de vida satisfactoria. Y así abandonó los iniciados estudios arquitectónicos para profundizar en su formación musical con la titulación superior en las especialidades de piano y música de cámara. Seguramente hubo quien la tachara de loca o de imprudente, pero de no haber tomado esta decisión nos hubiéramos perdido a una gran profesional que compagina su carrera de intérprete con la enseñanza en el Conservatorio Profesional de Música de León, en el que ejerce.

Con un repertorio que abarca del Barroco a la actualidad, está especialmente interesada por la música contemporánea, interés que presta con dedicación a su admirado Khachaturian (compositor de origen armenio y uno de los más reconocidos del siglo XX y sobre cuyas obras ha realizado varias grabaciones) y a resaltar las creaciones de compositores vinculados a nuestra provincia como Isabel Urueña (a quien nos hemos acercado en esta sección), el astorgano Evaristo Fernández Blanco, Cristobal Halffter o Ángel Barja, entre otros, algunas de cuyas composiciones forman parte de su repertorio y de sus grabaciones.

El mundo de la música profesional no es fácil para nadie. En algún momento ella misma comenta: "El mundo es complicado para casi todos, lo que hay es que ser feliz, no perder el norte, saber dónde estás, saber que algunos somos unos privilegiados aunque no haya muchas oportunidades para tocar en público", aún cuando Belén parece haber encontrado su camino, entre sus clases y los conciertos, ya sean individuales, o en colaboración con importantes formaciones o proyectos; interpretando piezas de otros o piezas propias en las que irradia calidez, reflexión y compromiso social, como en 'Escombros' (basada en el terremoto de Haití) o 'Por ti doblan las campanas' (inspirada en el filósofo y poeta John Donne), o en piezas que "definen un sin fin de sensaciones y emociones de su autora, inspiradas en experiencias, lecturas y resonancias". Y siempre atenta a la problemática actual que visibiliza a través de conciertos de carácter social.

En su trayectoria ha formado parte del Quinteto Zohar, del Dúo Alma y del Dúo Hindemith, (principalmente de música contemporánea); también del Grupo de Cámara Alfonso X, (donde alterna piano y voz como soprano); así mismo ha participado en conciertos como organista. Investigadora musical, trabaja sobre la obra de compositores relegados a un segundo plano o injustamente desconocidos dentro y fuera de nuestras fronteras, tanto de cara a la grabación como a su difusión, y dentro de una utilidad didáctica como la del Proyecto de Formación ‘Música para todos’, del Conservatorio de León, y sus conciertos didácticos, en los que también participa.

De su manera de interpretar, Santiago Martín Bermúdez, de la Revista de Música Scherzo, ha dicho: "En las interpretaciones de Belén Ordóñez Badiola aparece por todas partes un virtuosismo ágil y vivaz que podría resumirse en una cosa: la alegría de tocar, la euforia de la carrera, el placer de hilvanar las frases, esta pianista toca como si fuera sencillo, como si lo pudiera hacer un niño. Sabemos que la elegancia del virtuosismo está en ocultarse, en no hacerse manifiesto". Ella misma reconoce que sigue por un camino que "está más involucrado con las acrobacias del alma que con las de los movimientos de los dedos a lo largo de un teclado", y con el que nos muestra su forma de entender la sensibilidad y las relaciones humanas con todas sus circunstancias.

Les dejo con una reflexión de nuestra protagonista acerca de lo que es la música entre otras artes (también trabaja lo plástico y la palabra): "(…) Es muy difícil decir con palabras lo que se oye en silencio. La capacidad del ser humano abarca tantas disciplinas, que sería imposible numerarlas. Saber que existen es un gran descubrimiento. Corre de nuestra cuenta investigar este laberinto lleno de sensaciones, habilidades, ilusiones y sueños. La verdadera riqueza reside en el imperio de los sentidos. El conocimiento y desarrollo de todos y cada uno de ellos, nos puede trasladar a lugares inexplicables (…)". Descubrirla a ella y a quienes ella interpreta, si aún no lo han hecho, es ahora su tarea pendiente.
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