El de este domingo en Lasesarre fue uno de esos partidos en los que queda la sensación de que ni jugando durante tres días el marcador se iba a mover. Por suerte, solo duró 90 minutos el soporífero encuentro que disputaron Barakaldo y Cultural, con un punto para cada equipo que nunca se puso en entredicho y que parecía bueno para ambos desde el pitido inicial.Apenas pasó nada en todo el partido que discutiera el empate inicial. No estuvo fina la Cultural en ataque, notando en demasía la ausencia de un Dioni que hace mucho más que meter goles, pero tampoco pasó demasiados apuros atrás el equipo leonés, cuya zaga volvió a presumir de seriedad en todas las situaciones que le presentó el Barakaldo, la inmensa mayoría desde el balón parado.
Porque esa fue la principal arma de ambos equipos para intentar hacer daño al rival. El balón apenas transitó por el centro del campo, volando de lado a lado buscando la espalda de ambas zagas en un error que nunca llegó o en segundas jugadas que tampoco llegaron siquiera a inquietar la portería rival. Imaginaba así el partido Aira, que prescindió de Sergio Marcos en la medular dando entrada a Eric Montes e incluyó a Menudo junto a Sergio Benito ante la ausencia de Dioni, buscando sumar un hombre más al ataque por el interior y dejando toda la banda izquierda para un Roberto Carlos Fernández que mantuvo la titularidad.
Apenas inquietó la Cultural la portería de Rabanillo, pero tampoco el Barakaldo lo hizo sobre la de LeandroSin embargo, no dio opción el juego a demasiada pizarra reduciéndose el partido a ese juego directo que ningún equipo pudo dominar. Un partido físico, guerrero, en el que un plantillazo pudo costarle la roja a Eric Montes a los 10 minutos. Un encuentro para no cometer errores en el que apenas el único mal despeje del partido para la zaga leonesa se convirtió en la ocasión más clara para el Barakaldo rozando la media hora, tras caerle a Juan Delgado un rechace en el punto de penalti que remató de volea y se vio obligado a despejar in extremis un defensor culturalista.
Porque lo cierto es que sin nada tangible, en cuanto a sensaciones fue el Barakaldo el que más cómodo pareció sentirse. La acción previa de Delgado y un balón que se paseó por delante de Leandro sin que nadie acertara a rematarlo generaron cierta sensación de peligro en la afición culturalista desplazada a Lasesarre, que en la primera parte tuvo que conformarse con presenciar un disparo de Kawaya que desvió alto un defensor y un remate suave de Sergio Benito que detuvo sin problemas Rabanillo. El ariete, que regresaba a la que fue su casa la última temporada, no aprovechó como se esperaba la oportunidad en el equipo inicial que le dio la ausencia por lesión de Dioni. No estuvo acertado el madrileño, que apenas generó peligro sobre la portería fabril.
No terminó la primera parte exenta de polémica, ya que en la última acción de esos primeros 45 minutos la Cultural pidió penalti sobre Rodas al ser agarrado cuando intentaba alcanzar el rechace de un córner que acabó en un disparo alto de Iván González.
La entrada de Gudiño y Dani Pichín no cambió el partido ni pudo ser en esta ocasión determinante Pedía la monotonía del encuentro un cambio en el ritmo para la segunda mitad si se quería mover el marcador y sí pareció apretar la Cultural el acelerador tras la reanudación. Un disparo de Luque que detuvo Rabanillo y un tiro demasiado suave a la media vuelta de Eric que el guardameta vasco tuvo que detener a la altura de la escuadra así como un centro de Fernández que no llegaba a rematar Benito solo en el corazón del área invitaban al optimismo para lo que restaba de partido.
Nada más lejos de la realidad, porque ahí se acabó la producción ofensiva de la Cultural con cierto peligro. La entrada de Gudiño primero y Pichín más tarde no cambió un ápice el partido, en el que según transcurrían los minutos más por bueno se daba el empate en ambos lados. Kawaya, que no tuvo ni mucho menos un buen día, tampoco podía marcar las diferencias y las armas para hacer daño al rival comenzaban a agotarse.
Pero por suerte lo mismo sucedía en los locales, en el que también el físico iba a haciendo mella. Juan Delgado llevaba todo el peligro, pero estuvo bien sujetado por los dos centrales leoneses en un nuevo gran partido de ambos y con su salida del terreno de juego las opciones de mover el marcador aún se resintieron más.
Un empate que no deja un mal sabor de boca en la escuadra culturalista, aunque quizás parezca menos porque le aleja un par de puntos de la pareja de enrachados líderes formada por Bilbao Athletic y UD Logroñés.