¡Ay quién maneja mi barca!

23/02/2016
 Actualizado a 13/09/2019
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Este país fue durante décadas Eurovisión. Aquellos eternos sábados por la noche escuchando canciones en idiomas que jamás entendimos, aquellas eternas votaciones que quedaron plasmadas en la memoria colectiva con las primeras expresiones en inglés al alcance de cualquier ganadero:«Ruayón uní... chu points», que venía a decir que dos puntos para Inglaterra. Y no votar a España —ya fuera Julio Iglesias, Mocedades, Karina, Raphael o Jaime Morey—era ingresar directamente en la conspiración internacional judeomasónica y antiespañola. Por un día amábamos a Portugal, que nos era más fiel que nosotros a ella.

Hasta que llegó Massiel, el día grande de España, y la venganza ante un Serrat que quería cantar en catalán. Hasta ahí podíamos llegar.

Pero aquella gloria también fue efímera y volvimos a nuestras miserias. Ni Eurovisión nos unía, hasta que en los ya democráticos 80 (1983) nos presentamos con un «¿Ay quién maneja mi barca / que a la deriva me lleva?».

Y así fue, últimos, «Espain... zero points».

¿Y si fuéramos Eurovisión?, ¿si el secreto fuera quién maneja mi barca? Ahí tienes la imagen, mientras un minero se sentó en la silla de la sala de máquinas del Pozo Julia de Fabero ni faltó carbón, ni trabajo. Cuando la barca pasó a las manos de quienes se sientan en los despachos...

¿Ay quién maneja mi barca? Responde lo que quieras.
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