Por otro lado, en su estudio de las formas, tamaños y colores por medio de cartones troquelados y coloreados crea composiciones que presenta para conocer cómo se pueden utilizar elementos cotidianos dándoles un valor artístico singular. Tiene dos ventanas en pequeño formato, como ella misma dice: «son grabados y yo lo que quería es que se vieran las dos partes, porque el papel japonés, con la transparencia genera nuevas imágenes y es interesante que se vean por las dos partes y su transparencia».
En la pared cuelgan dos cuadros que son collages realizados con cajas de medicamentos y dice: «En su realización he utilizado un troquel en forma de triángulo, porque se supone que el triángulo es una forma muy estable y lo he manipulado para crear formas diferentes». Es una forma de ver la cotidianeidad familiar de quienes toman debido a sus dolencias muchos medicamentos y ella juega con su relación con los productos de farmacia que se dan familiarmente como algo diario y cotidiano. Y sus obras representan su relación vital entre arte y medicinas, a través de sus envases.
Por último se encuentra un grabado realizado desde sus inicios, elaborando la pulpa de papel que ha estampado posteriormente con imágenes en las que se combinan elementos geométricos, volúmenes y elementos repetitivos así como pequeños dibujos en el papel.
Todo ello aderezado con sus intenciones al realizar la muestra sobre la cotidianeidad, pues para ella las obras son un despertar a lo cotidiano, donde el fallo, el error o el desperdicio pierdan los prejuicios que el ser humano ha impuesto, trabajando la proximidad, el primitivismo y la sencillez de los objetos que nos rodean en nuestra vida diaria. Como ella misma manifiesta: «Pretendo mostrar cómo el hábito nos ha robado la capacidad de ver realmente lo que tenemos delante, de conmovernos a través de la contemplación de lo cercano». Una propuesta que habla de crear solamente lo necesario con lo que tenemos a mano, empleando un mínimo de energía, para optimizar y transformar los materiales para que exista una sostenibilidad ambiental y un futuro sin exceso de residuos.Intenta a través de su obra buscar una cultura que humanice al hombre en contacto con la Naturaleza y basándose en el Arte para realizar nuevas creaciones más acordes con el Medio que nos rodea. Es para ella una mirada hacia el valor de la vida a través de los objetos cotidianos.
Por otro lado la fotógrafa Paula Marcos presenta su obra: ‘Camino al atardecer’ en la que se pueden ver tres diferentes senderos que llevan a las piezas que componen su exposición, todas ellas fotografías de atardeceres y puestas de sol en diferentes localizaciones a veces marinas, otras más relacionadas con la tierra, pero con el colorido del cielo como elemento de relación entre todas las imágenes.
Los caminos que incluye en su exposición que llevan a esos cielos cargados de rojos y violetas y como la autora dice: «Cada uno de los caminos que tomamos en la vida nos conducen a contemplar este grandioso espectáculo de la Naturaleza. Los colores, los reflejos, las luces, las sombras, la inmensidad del cielo…». Es el recorrido vital que se cierra cada día con un atardecer y su puesta de sol que puede ser más o menos espectacular pero que la artista ha querido mostrar en su vigor fotográfico.
Ambas exposiciónes están organizadas por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de León dentro la Expojoven, en su programa de exposiciones ‘Talento Joven Made in León’, y estará hasta el día 24 de noviembre en la sala interior de Espacio Vías. También se pueden ver virtualmente en el siguiente enlace: https://leonjoven.net/expojoven/.