Arranca la veda de la trucha

Buscando proteger la época de reproducción de los salmónidos, ya no se puede pescar en las aguas trucheras de la provincia

Rodrigo Prado Núñez
25/10/2019
 Actualizado a 25/10/2019
Dos jóvenes pescadores entrenando los lances. | R.P.N.
Dos jóvenes pescadores entrenando los lances. | R.P.N.
Realizada cada año, en el mismo periodo de tiempo, la veda sirve para proteger la época de reproducción de la trucha y su recuperación.

Con el fin de salvaguardar la reproducción de la trucha, desde el martes día 15 de octubre, quedó prohibida la pesca en todas las aguas trucheras de nuestra provincia, aunque se podrá seguir pescando en otras aguas y lugares. Se puede continuar pescando con caña, durante todo el año, en todas las aguas de acceso libre no trucheras y en los lagos de pesca privados.

En todas las aguas consideradas no trucheras todas las truchas que se pesquen fuera de su época hábil serán devueltas al agua. En estos tramos están permitidos todo tipo de cebos, excepto los prohibidos con carácter general en el artículo correspondiente de la orden general de la normativa anual. El cangrejo rojo de las marismas y el cangrejo señal se pueden seguir pescando hasta el 31 de diciembre, sin límite de capturas ni talla y con la novedad de que se pueden transportar vivos.

En todas las aguas no trucheras las que se pesquen fuera de época deberán ser devueltasEl sistema de regulación que ofrecen las presas condiciona considerablemente la pesca en todos los ríos afectados y fue en estas fechas, al final de la temporada, cuando nos ofrecieron su mejor y peor cara. Están configurados para regar y mover turbinas, la vida del río nada importa y la pesca mucho menos. Esla, Órbigo, Porma, Sil y Cea han sido muy visitados en estas últimas semanas y su comportamiento ha sido irregular, mientras el río Órbigo y Luna nos ofrecían buenas jornadas de pesca, los demás fueron pocos los días que tuvieron un comportamiento generoso. El río Esla, bajo mínimos históricos, las últimas semanas no aporto agua suficiente para la practica de la pesca y fue muy dudoso que el caudal vertido fuera suficiente para mantener un ecosistema fluvial con garantías de la supervivencia de los peces y demás organismos acuáticos.

En superficie, a mosca seca y a la leonesa, se pescaron muchas truchas de la medida, pero las grandes truchas, las XL, hubo que buscarlas con ninfas a medias aguas y por el fondo.

Lejos queda aquel día, treinta de marzo, en que se abría la veda y todos empezamos la pesca de la trucha con gran ilusión y esperanzados de que fuera una buena temporada. Al final el balance es positivo a pesar de un tiempo inestable y con pocas precipitaciones. Fue una temporada con altibajos, pero hay que reconocer, así lo manifiestan la mayoría de los pescadores, que los ríos se siguen recuperando y el futuro, si se toman en serio algunas medidas, puede ser prometedor.

Lo peor de la veda es que los ríos quedan solitarios y a merced de sus enemigos. Los cormoranes pronto planearán sobre las aguas en busca de su alimento preferido, los peces.

Aunque sabemos que se ha intensificado la vigilancia sobre los furtivos son muchos los que siguen matando truchas fuera de la ley, es de esperar que no se baje la guardia por el bien del río y la pesca. También es preciso seguir controlando a los cormoranes, la contaminación de los vertidos y todas esas basuras que se arrojan al río.
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