23/07/2022
 Actualizado a 23/07/2022
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Cada vez serán más calientes. De ahora en adelante, según los expertos en climatología, deberemos acostumbrarnos a veranos en los que 40 o 50 grados sean una media normal. Nuestros hijos tendrán en el futuro veranos de noches tropicales en costas y mesetas. Y aunque asociemos el calor al ocio, al agua o al dolce far niente, temperaturas como estas ponen en riesgo nuestra salud.

El cambio climático ya está aquí. 2022 está batiendo récords incontrolables.

Quienes tenemos la fortuna de poder lanzarnos al agua como truchas casi cuando se nos antoja, solo viviremos este fuego como un mal menor. Lo mismo aquellos que cuenten con aire acondicionado en casa o en la oficina, ventiladores, casas frescas en pueblos de altas montañas. Pero para que unos disfruten otros siguen trabajando y la salud de estas personas, proteger a quienes nos cuidan bajo el sol, debería ser prioridad de cualquier gobierno, ayuntamiento y empresa.

José Antonio, de 60 años, había sido frutero toda su vida, pero la pandemia se llevó por delante su pequeño negocio. Para seguir manteniendo a su familia aceptó un trabajo en el Ayuntamiento de Madrid como barrendero. Quería conseguir un contrato fijo, ya que había firmado por un mes, así que no le costó decir que sí al compañero que le había pedido cambio de turno y salió de tarde. Uniformes de poliéster que no transpiran. 40 grados. Tres horas seguidas barriendo bajo el sol. El asfalto es un horno. José Antonio cayó desplomado en una calle de Vallecas. Infarto. Nada pudieron hacer los servicios de emergencias.

Debemos ser más empáticos, más responsables, más previsores. En España sigue habiendo condiciones de trabajo inaceptables en muchas profesiones: barrenderos, bomberos, médicos, camareros, limpiadores… Y la solución debe ser ya, pa’ luego es tarde. Un tuit, en estos casos, es de mal gusto. Hechos son amores.
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