Aparece un enterramiento múltiple en las obras del Castillo Viejo

Se ha documentado pero requiere un estudio multidisciplinar en profundidad/ La complejidad de la obra de restauración de la fortaleza la está dilatando en tiempo

M.I.
21/01/2020
 Actualizado a 21/01/2020
Obras de excavación en la parte del Castillo Viejo. | AYUNTAMIENTO PONFERRADA
Obras de excavación en la parte del Castillo Viejo. | AYUNTAMIENTO PONFERRADA
El proyecto de recuperación de la parte del Castillo Viejo, la primera fortaleza de la ciudad, comienza a dar sus frutos tras las primeras excavaciones. Ya se ha trabajado en varias dependencias y se han encontrado hallazgos para su posterior análisis.

En el patio de armas la intervención ha incidido en el lateral este, en el que se está construyendo una rampa para favorecer la accesibilidad a la fortaleza, documentando alguna estructura auxiliar (también del siglo XV), así como materiales y otros restos de esa centuria y posteriores. Allí es donde se ha documentado un enterramiento múltiple “que requiere un estudio multidisciplinar más profundo, el cual se está llevando a cabo”, explican fuentes municipales. Además, en la zona final de esta rampa, precisamente junto a la puerta este, es donde “más profundidad temporal se ha alcanzado”, documentando restos de dos estructuras de habitación circulares fosilizadas por la muralla. La cronología de estas estructuras está aún por determinar, según el avance de datos aportados, al hallarse aún en proceso de excavación. Pero los primeros indicios hablan de que podrían ser del medievo (de los siglos XII-XIII), o de la primera Edad del Hierro (siglos VIII-VI antes de Cristo), ya que la tipología es muy similar en ambos casos. Además, de los dos se han documentado evidencias en intervenciones previas en otras áreas del castillo.

La intervención arqueológica que se está realizando en esta zona de la fortaleza consiste en la excavación y supervisión con metodología arqueológica de las áreas en las que incide la obra de restauración, tanto en el subsuelo como en las murallas y en el resto de estructuras del Castillo Viejo. Este proyecto de intervención incluía la recuperación de la estancia cubierta que se ubicaba en la zona norte, entre el Cubo Viejo, o del Duque de Arjona, datado en el siglo XIV, y la torre del Homenaje Nuevo, identificada por la documentación de la época y “por el análisis de las improntas dejadas en los muros”.

En la excavación iniciada en esta zona se ha hallado el muro que delimitaba la estancia y el derrumbe de la planta superior. Un espacio cubierto con tejas cerámicas que comunicaba ambas torres. Se trata de una amplia estancia en la que se han documentado más de un centenar de bolaños de bombarda, los proyectiles utilizados en los conflictos antes del uso del cañón, además devarios proyectiles de catapulta, realizados en granito. Esta numerosa munición puede ponerse en relación, según la documentación aportada, con la guerra entre Rodrigo Osorio, II Conde de Lemos, y los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, cuando el primero se niega a entregar la fortaleza tras haberla usurpado. Tras el conflicto se debieron almacenar en esta estancia, hasta que su posterior abandono hizo que quedasen selladas por el derrumbe de la estructura superior.

Según los indicios que se han hallado en esta intervención, esta estructura, así como la mayoría de dependencias del Castillo Viejo, “se abandonaron poco después, en la primera mitad del siglo XVI, momento en que se produjo el derrumbe mencionado”. En siglos posteriores únicamente se mantuvieron las estructuras defensivas perimetrales (rondas y torres), aunque ya sin utilidad. Fue solo el palacio (fuera del Castillo Viejo, reconstruido en la década pasada) la única estancia que se mantuvo en uso, hasta el siglo XIX.

El resto de la intervención arqueológica está llevando a cabo la supervisión de la reconstrucción y restauración de las murallas, mediante el análisis de sus paramentos para definir la secuencia constructiva de la fortaleza, así como las restauraciones que se realizaron en la primera mitad del siglo XX “de las que apenas existe información”.

La rehabilitación se alarga


Los trabajos realizados hasta el momento “suponen la parte más difícil y delicada de la obra”, explican las fuentes municipales. Aparte de la excavación arqueológica y su minuciosidad, el resto de los trabajos se han centrado en la reparación de los muros Norte y Este de la fortaleza vieja donde se han ejecutado apeos, inyecciones, recalces y cosido, “dado su muy frágil estado”. Esta fragilidad de las estructuras y su delicada intervención ya estaba prevista en proyecto y “era previsible” según la experiencia de obras anteriores. No obstante, requiere de técnicas muy complejas “que están dilatando mucho la ejecución de esta fase fundamental del proyecto y se prevé que puedan aún continuar hasta finales de febrero”. Una vez que los muros de piedra estén consolidados y rematados, las estructuras de madera que ya están siendo fabricadas en un taller con el fin de que después se empiecen a montar en el edificio.

1,9 millones para recuperar la fortaleza


El proyecto de rehabilitación y puesta en uso del Castillo Viejo de Ponferrada fue otorgado por el Ministerio de Fomento al Ayuntamiento de Ponferrada en diciembre de 2018 mediante la Convocatoria del Programa de Conservación del Patrimonio Histórico Español “1,5% Cultural”. Para la ejecución del proyecto, se redactó el “Proyecto Básico y de Ejecución de las Obras”, aprobado por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León en 2018, de acuerdo al Plan Director del Castillo de los Templarios [1994] premiado con el Premio ARPA [2002], iniciándose las obras de rehabilitación en junio de 2019.

La inversión total con la que cuenta el proyecto es de 1.902.853,05 euros, aportados por el Ministerio de Fomento en una cantidad de 1.321.937,86 euros y por parte del Ayuntamiento de Ponferrada con 580.915,19 euros. La empresa adjudicataria de los trabajos es la UTE Orega SL-Coviastec, mientras que el director de Obra es el arquitecto Fernando Cobos Guerra y de la parte arqueológica, Rodrigo Garnelo Merayo. El Ayuntamiento de Ponferrada es el que está personado en la Comisión de Seguimiento Permanente que ofrece los datos al respecto.
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