Amaya Pinto: "La televisión es una plataforma para ayudar"

La productora leonesa, natural de Sahagún, acaba de sumar su cuarto Emmy del distrito de Los Ángeles, donde produce un programa diario, por ‘La calavera del color’

C. Centeno
31/07/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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La historia del artista filipino Butch Locsin le ha valido a la facundina Amaya Pinto el cuarto premio Emmy en el distrito de Los Ángeles, donde produce el programa diario ‘Acceso Total’ en la cadena Telemundo 52.

En ‘La calavera del color’, Amaya y su equipo descubren creaciones «súper llamativas» que nacen de la relación del artista con mexicanos y del trato que ellos le dan a la muerte. Así, Butch Locsin elabora a mano grandes calaveras y las pinta de diferentes colores «similares a las que llevan los gigantes y cabezudos», compara, que luego se pone junto a trajes «muy llamativos» y con cajas de humo de tonos eléctricos crea espectáculos «muy ricos visualmente». Una historia «diferente» que presentó a los Emmy, considerados «el máximo reconocimiento» en el mundo de la televisión, junto a otros dos reportajes con los que también estuvo nominada.

Un premio de un total de tres nominaciones que se suma a otros tres galardones cosechados en los últimos años. Todos ellos por trabajos producidos para su programa, la mayoría de ellos de asuntos sociales, por los que más interés muestra. «Me gusta mucho el tema social y estoy muy involucrada en ello», asegura. Por eso, a mayores de su trabajo, también es voluntaria de la Casa Ronald McDonald junto a un amplio número de personas que la proporcionan muchos temas y contactos que luego visibiliza en su programa. «Hay mucha falta de ayuda entre las comunidades», asegura. «Aquí en Los Ángeles es impresionante como pasas de Beverly Hills a encontrarte miles de jóvenes viviendo en la calle a tan solo un kilómetro», lamenta. Por eso, utiliza la televisión «como una plataforma para visibilizar los problemas y que la gente sea un poco más humana y condescendiente», explica.

De hecho, los otros dos trabajos por lo que estaba nominada incluían esta temática. Uno de ellos sobre la lucha contra el ‘bullyng’ de un niño que quería ser payaso como su madre «aunque tuviera todo el mundo en contra» y, otro, la historia de un hombre que encontró en una desconocida el trasplante de riñón que necesitaba para seguir viviendo.

Hace dos décadas que Amaya llegó a Estados Unidos de vacaciones y se quedó empujada por su pasión por la televisión, cuando estudiaba el último año de Filología Inglesa en la Universiadad de León. A pesar de que «llevo muchos años aquí, me he adaptado y me gusta», confiesa que vendría a España «con los ojos cerrado», donde se escapa siempre que puede junto a sus dos hijos.

Mientras aparece esa oportunidad, sigue buscando historias en Los Ángeles en un trabajo que considera duro y «del que no puedo desconectar nunca», pero gratificante.

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