Amancio Prada: "Los clásicos ayudan a vivir con dignidad y conciencia, te hacen mejor persona"

Acompañado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y Coro Sinfónico del Conservatorio de Castilla y León, ofrece este viernes en el Auditorio (20 horas) el recital ‘Coplas a la muerte de su padre’, sobre la popular obra de Jorge Manrique

Fulgencio Fernández
15/03/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Amancio con las coplas de fondo. La imagen corresponde al recital escénico que llevó al Teatro de la Abadía en el origen de un proyecto (2011) que después paralizó la crisis.  | TEATRO LA ABADÍA
Amancio con las coplas de fondo. La imagen corresponde al recital escénico que llevó al Teatro de la Abadía en el origen de un proyecto (2011) que después paralizó la crisis. | TEATRO LA ABADÍA
Amancio Prada actúa este viernes (20 horas) «en el Auditorio que más me gusta de todos en los que he actuado en España» —el Ciudad de León— y a su vez cierra un largo ciclo de un proyecto que comenzó hace casi una década, en 2010, y que después de unos primeros pasos quedó varado, atrapado en las redes de la crisis: el espectáculo ‘Coplas a la muerte de su padre’, basado en el conocido poema de Jorge Manrique.

Y lo hace por todo lo alto, como él había soñado, acompañado de los músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (Oscyl) y el Coro Sinfónico del Conservatorio de Castilla y León, dentro de una gira que ha organizado la consejería de Cultura y que, en el caso de León, se enmarca dentro de los actos del 40 aniversario de la Universidad leonesa (ULE). Incide el cantautor berciano en la satisfacción que le produce acudir tan arropado pues, asegura, «siempre había tenido el sueño de que este trabajo ‘pedía’ una versión sinfónica, con la suerte añadida de que hizo un gran trabajo el compositor Fernando Velazquez, que será quien esté al frente de todos estos músicos, a los que habría que añadir los solistas Josete Ordóñez, a la guitarra y la mandola, y Eduardo Laguillo, «al piano y además canta y lo que haga falta, porque es un músico espectacular».

Y, como remate, a este recital el Auditorio Ciudad de León, del que Amancio Prada no se cansa de repetir que «es mi preferido, por su amplitud y recogimiento, por su arquitectura del aire en el que se siente cómo se dibujan los silencios».

Recordaba el cantautor de Dehesas que este ciclo de conciertos que estos días viene ofreciendo en ciudades de Castilla y León (este jueves estaba en Burgos) supone retomar un proyecto en el que había puesto mucha ilusión y que tuvo que interrumpir sus representaciones a causa de la repetida crisis, tan cruel con el mundo del arte y especialmente para la música en directo congrandes montajes. «Este proyecto arrancó en 2010 como recital escénico y un libro disco que ilustró mi buen amigo Juan Carlos Mestre —con quien acaba de publicar otro trabajo, ‘Cavalo morto’—. Pudimos llevarlo entonces, en 2011, al Teatro de la Abadía, donde ofrecimos cuatro recitales de jueves a domingo, los dos primeros dedicados al Cántico espiritual, y el sábado y domingo estrenamos las ‘Coplas a la muerte de su padre’ con la Escolanía de Segovia, además de un coro de cuatro mujeres, un cantaor y un bailaor... el resultado creo que fue magnífico, pero cuando apretó la crisis era casi imposible mantener un espectáculo de estas características y ahí quedaron como ‘coplas durmientes’».

Durmientes pero no olvidadas, como no cayó en saco roto aquel sueño de su creador de llevar un día al escenario la versión sinfónica, la que esta tarde llega al Auditorio Ciudad de León, con entrada libre coninvitación, que se puede retirar en las taquillas del propio Auditorio.

Explica Amancio Prada que su relación con las ‘Coplas a la muerte de su padre’, de Jorge Manrique, va más allá de aquellos versos que se conocían y repetían en todas las escuelas e institutos: «Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / que es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar / e consumir...» que, curiosamente, no son los primeros, también bastante conocidos: «Recuerde el alma dormida / avive el seso e despierte / contemplando / cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte / tan callando, / cuán presto se va el placer...».

- Las conocí, las escuché, como tantos chavales en las escuelas; pero el aldabonazo de las ‘Coplas’ en mi caso llegó de la mano y la canción de Paco Ibáñez, maestro en tantas cosas, no solo en la canción; explica el leonés, recordando y homenajeando a aquella canción del gran pionero en ponerle música a los poemas de tantos grandes de nuestra literatura; entre ellos también estas ‘Coplas’ que, señala Prada, «tampoco interpretaba en su canción todas las estrofas pero sí recogía las más sustanciales, las de más hondura». Y el siguiente paso fue leer estas ‘Coplas’ de Jorge Manrique, conmás atención e, incluso, en unas circunstancias especiales, como ocurrió «después de la muerte de mi padre, y en esa lectura encontré otras muchas lecturas, la más evidente sería que siendo un canto lleno de dolor no es el dolor lo que expresa sino la invitación a la meditación. Resuenan en estas coplas, entre la fuerza de la lozanía, la celebración de lo vivido, la serenidad y el alivio frente a la gran soledad». Y recuerda cómo las estrofas van más allá de ese conocido pasaje de «que van a dar a la mar, que es el morir» e invita a mirar hacia otras: «¿Qué se hicieron las damas, / sus tocados e vestidos, / sus olores? / ¿Qué se hicieron las llamas / de los fuegos encendidos, / de amadores? / ¿Qué se hizo aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían? / ¿Qué se hizo aquel danzar, / aquellas ropas chapadas / que traían?», en las que ve «el reflejo y el espejo de lo vivido, ése que ha influido en el sentir y en el pensar de nuestras gentes», además de recordar, como cada vez que se acerca a ellos, que «nuestros clásicos siempreenriquecen y alumbran el pensamiento; nuestros clásicos siempre te ayudan a vivir con una conciencia y con mayor dignidad. Para mí siempre ha sido un placer este acercamiento y además creo que el trato con ellos te hace mejor persona, que es de lo que se trata».
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