Álvarez Peón: "No ha habido improvisación en la vuelta a las aulas, fue una reacción a la situación"

El nuevo director provincial de Educación analiza el regreso al 'cole' más atípico, que ha supuesto un "reto" y a la vez una "responsabilidad"

D. Rubio / C. Centeno
20/09/2020
 Actualizado a 20/09/2020
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Hace poco más de un mes que está en el cargo pero ya ha tenido que lidiar con una vuelta al ‘cole’ marcada por la pandemia del coronavirus, que obligó a cerrar las aulas a mediados de marzo. El director provincial de Educación, Javier Álvarez Peón, ha afrontado esta reapertura de los colegios como un «desafío» que ha obligado a la reorganización de los centros. De origen palentino, llegó a la provincia hace cerca de tres décadas y aquí ha sido jefe de estudios y director del instituto Gil y Carrasco de Ponferrada, por lo que asegura que es «consciente» de las dificultades que entraña cualquier arranque del curso, más si cabe este año, en el que ha habido que adaptar nuevas medidas para evitar la propagación del Covid-19.

–¿Cómo ha sido para usted tomar el cargo justo en el comienzo de un curso tan atípico?
–Ha sido una responsabilidad y a la vez un reto. Por mi parte he tenido la confianza de que estaba todo el mundo con deseos de volver a las aulas, entonces sabía que tenía que hacer un esfuerzo muy especial, pero no solo yo, porque somos muchos. Yo como director tengo un poco más de responsabilidad pero el director que está en un instituto o en un colegio tiene una responsabilidad directa ante los padres y ante las familias que le conocen y no quiere fallar tampoco. Todos tenemos mucha responsabilidad, el trabajo está repartido y yo confiaba en que el reparto de tareas estaba muy bien hecho y recae sobre personas muy capaces como son los equipos directivos y los profesores. Yo conozco a mucha gente del mundo de la educación en la provincia y tenía plena confianza e intención de ayudarles en todo lo que hiciera falta desde el cargo. No lo he sentido como un agobio...

– Los equipos directivos se han quejado de continuos cambios de criterio en los días previos a empezar el curso. ¿Hasta qué punto ha habido falta de planificación?
– No querría parecer dialéctico, pero más bien es al revés. Es la apariencia que se produce por el hecho de que ha habido que hacer ajustes ante la evolución de la situación epidemiológica. Hemos tenido varios acuerdos con medidas para atajar la propagación del virus desde julio hasta 27 de agosto que fue el último y establecía normas más estrictas porque se estaba propagando más allá de lo que se suponía en junio y julio. Cuando nos fuimos de vacaciones el panorama no pintaba tan feo y precisamente se puso peor cuando íbamos a empezar la organización del comienzo de las clases. Entonces sí hubo que tomar medidas casi en sentido estricto, porque el metro y medio de distancia es de esa fecha. Es decir, nos vemos abocados a una reorganización que no es una improvisación, si no que es una reacción a una situación producida. Entiendo que los equipos directivos lo hayan visto con esa apariencia y que la situación para todos significa un sobre esfuerzo que tal vez se podría haber planificado mejor, pero hay que tener en cuenta que también coincidió todo con el mes vacacional y a la vuelta de unas vacaciones más necesarias que nunca por el estrés vivido en el último trimestre del año pasado llega todo esto de golpe y hay que adaptarse a medidas que se acaban de recibir.

–La Consejería de Educación anunció que se realizarían test serológicos a todos los docentes. ¿Ya se han realizado?
– Se han hecho llamamientos desde principios de agosto y se siguen realizando, pero hay que recordar que son voluntarios. Ha sido muy difícil y todavía se está en ello.

– ¿Puede garantizar la Junta que en todos los colegios de León se está cumpliendo con las ratios estipuladas?
– Sí, precisamente de eso se ha tratado. Se ha dado todo lo que era necesario para que no se saltase la norma del metro y medio que esa es la clave: más que la ratio la seguridad en el aula. Los desdobles garantizan que se cumplen los ratios-covid en todas las aulas y el problema no ha sido tanto de profesores como de espacio. Había que comprobarlo, no solo decir ‘aquí sí caben’ y eso ha sido muy laborioso, la inspección ha tenido que hacer su tarea y es la encargada de verificarlo, un trabajo de campo muy intenso para poder ajustar los recursos a las verdaderas necesidades. Si hubiéramos tenido espacio sin límite... pero ha habido que ajustar al milímetro y encajar de la mejor manera posible el asunto, por eso hay algunos centros que todavía están afinando.

– En estos primeros días de curso ya se han notificado varios casos positivos de coronavirus en los centros, ¿habrá que acostumbrarse al cierre de aulas? ¿Los días de cuarentena se imparten clases ‘online’ o cómo se recupera la materia perdida?
– Por la situación epidemiológica actual podemos suponer que va a haber un goteo de cierres de aula que esperemos que se mantenga en límites bajos. En todo caso, estaremos observando y, eso sí, aplicando las normas que Sanidad ha prescrito estrictamente en el caso de positivos. Esto puede cambiar en cualquier momento. En principio, el ‘plan B’ es la atención de los alumnos de manera telemática, dado que ya tenemos toda la experiencia de finales del curso pasado. Los centros ya saben cómo hacer para que esas aulas no salgan perjudicadas. Aquí hay que decir que las de Infantil, en las que es más probable que se cierre porque están sin mascarilla en grupos estables de convivencia e interaccionan estrechamente, la enseñanza es de otro tipo. Se van a casa y se dan indicaciones, pero la interacción social es la clave en esas edades. En otros cursos más altos los alumnos ya saben que hay que ponerse con el ordenador.

–En el caso de que sea necesario un nuevo confinamiento generalizado, ¿se tiene garantías de que habrá una mejor formación a distancia? ¿Cómo se ha trabajado en este sentido?
– Hay un plan de contingencia que sería para ese caso, que no desea nadie pero que puede llegar. Tenemos una experiencia adquirida muy valiosa, a pesar de todos los contratiempos que supuso la pandemia. Pero la competencia digital, que es básica y ha experimentado un gran auge en el último trimestre del curso pasado, nos ha permitido dar un paso adelante en la docencia digital. Todo el alumnado de un modo u otro, con una brecha digital que se intenta paliar, ha tenido que dar un gran salto adelante. Este año nos pillaría bastante mejor preparados que el pasado, al menos tendríamos una ventaja.

– Esa brecha digital quedó patente durante el curso pasado y algunos centros están sondeando ya el material informático que poseen sus alumnos. ¿Se plantea algún tipo de ayuda a los hogares que no disponen de recursos?
– Para paliar la brecha digital estamos trabajando en dos medidas. Por un lado, las académicas u organizativas que consisten en hacer un seguimiento más estrecho, proporcionando acaso materiales en papel e incluso atención telefónica a alumnos con difícil acceso, a veces porque viven en zonas rurales en las que no hay cobertura.Por otro lado, se intentan proporcionar los recursos. El año pasado durante la cuarentena se hizo una inversión para mejorar las redes de los centros y para proporcionar a los alumnos algunos materiales como tarjetas de datos o dispositivos de préstamo como tabletas para que pudieran estar conectados y seguir las clases. Este año, igualmente, se intentará reducir esa brecha digital.

–¿La supresión de las extraescolares se prolongará más allá del primer trimestre? ¿Qué otras medidas de conciliación se están planteando?
– De momento se ha decidido para el primer trimestre, es decir, si la situación epidemiológica mejora pueden retornar las actividades extraescolares, pero claro estamos pendientes de eso. La suspensión de las extraescolares es una medida que intenta poner otra barrera a la propagación del coronavirus y dependerán de la evolución, si se controla pues podrán reanudarse. Como medidas de conciliación sí se mantienen los programas de Madrugadores y Tardes en el Cole, pero no las extraescolares.

–Al margen del Covid-19, ¿qué objetivos se plantea para su etapa al frente de la Dirección Provincial de Educación?
– Mi objetivo es que toda esta gran maquinaria que es la administración educativa, que tiene muchas piezas y muchos miembros, funcione de la manera más ágil y más eficiente posible. Se trata de hacer todo lo que pueda hacer para que el personal que esté dedicado a esta tarea tanto en los órganos administrativos como en los colegios, institutos, conservatorios y escuelas oficiales de idiomas vean facilitada su labor. Luego hay que dar un impulso a la educación, sabemos que aquí hay un buen nivel y eso tiene que ver con las políticas desarrolladas. Insistiremos en aquellos aspectos de promoción de la pedagogía y de la didáctica más eficiente e impulsaremos programas que permitan dar un servicio educativo más actualizado y eficiente. Entonces, como director provincial hay que mejorar estos problemas de la epidemia, por supuesto, pero el fondo del asunto es que la actividad que nosotros tenemos, la responsabilidad de planificar y vigilar funcione. Todo este mundo de la enseñanza es muy complejo y muy dinámico y pretendemos que sus propias energías no se vean obstaculizadas si no impulsadas y apoyadas desde el aparato administrativo. Nosotros lo que queremos es servirles en sus iniciativas e intentaremos ayudarles en todo lo que podamos.
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