12/10/2020
 Actualizado a 12/10/2020
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Recuerdo una de las primeras clases de Cultura clásica, en el colegio, cuando la profesora entró de lleno en el concepto de la alegoría. Nos decía que en la cultura griega es una herramienta literaria o argumento en el arte con el que se busca representar una idea valiéndose de formas humanas, de animales o de objetos cotidianos.

Con el entusiasmo propio de un maestro al que le gusta su profesión y consciente de que el fin es enseñar y el método poner todos los medios a su alcance, Celia nos decía que la alegoría pretende dar una imagen a lo que no tiene retrato, para que pueda ser mejor entendido por la mayoría de la gente.

Me acordé del concepto de la alegoría en las clases del colegio y de la asignatura de Cultura clásica al ver esta semana el león saliendo de la alcantarilla que luce en la plaza de San Marcelo y que aunque fuera ideada como una simple estatua de bronce para crear un lugar de paso obligado donde hacerse una foto los turistas –y los de aquí– a partir de ahora, creo que es una imagen bastante real de la provincia en el 2020.

El felino que asoma la cabeza por la tapa de una alcantarilla en pleno centro de la capital, además de una escultura artísticamente bien hecha y que cumple su objetivo de llamar la atención, es para el leonesista acérrimo la efigie de León escapando de Castilla. Y para el cazurro melancólico es la representación de los leoneses tratando de escapar en la situación en la que se encuentra metida esta tierra desde hace tiempo.

El revolucionario y antisistema ve cloacas y el optimista ve garra y reacción mientras que el pesimista ve mofa y el afín a las teorías de las conspiraciones cree que alguien está intentando meter al león al desagüe tirando desde abajo, escondido en el sumidero. El inconformista ve un gasto de dinero inútil y los que siempre andan buscando imitaciones verán en San Marcelo un calco de la escultura de Bratislava.

Alegorías, todas ellas, al fin y al cabo para una estatua que en el fondo viene a poner de manifiesto cómo somos en León, tierra de doctores: si no se hace, mal; y si se hace, mal también.
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