Al sur del sur de León

Patrimonio, gastronomía y ocio. Poco le falta a Valderas para poder disfrutar de una jornada veraniega. Con poco dinero y con mucho que ver y hacer

T.G.
07/07/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Visitar Valderas da para una jornada entera gracias a su riqueza patrimonial y también gastronómica. | T.G.
Visitar Valderas da para una jornada entera gracias a su riqueza patrimonial y también gastronómica. | T.G.
Son muchos los que conocen Valderas. De oídas, de salir en las noticias por esto y aquello. Pero para muchos es esta una villa desconocida, al sur del sur de León, ubicada en un alto sobre el Cea desde donde pueden ver los mejores atardeceres de la provincia y desde donde se puede atisbar hasta el mismísimo Teleno. El sol se esconde al acabar el día y no hay como sentarse en la zona de la Altafría (junto al castillo) para ver cómo lo acogen las viejas encinas. Pero eso es ya para acabar el día.

Para empezarlo, dirígete al sur del sur, esa zona de la provincia que surca el Cea y que se funde con Tierra de Campos, entre las fronteras de León, Valladolid y Zamora. Nos vamos a Valderas. Antes de llegar puedes parar en Valencia de Don Juan, echar un ojo a la Vega del Esla desde su castillo y emprender rumbo a un pueblo donde hay mucho que ver y que hacer. Una vez allí, podrás aparcar el coche sin problema y adentrarte en una villa llena de Historia y de historias, una localidad con casi 2.000 vecinos. No está mal para empezar la jornada y coger fuerza pasar por la panadería de los Hermanos Estébanez para probar cualquiera de sus pastas artesanas que saben a esas de toda la vida (catar sus ‘feos’ es probar un poco a lo dulce que puede ser también Valderas) y algo de pan.

Un paseo por el pueblo es como visitar un museo. Calles con casas nobiliarias asentadas allí desde el siglo XVI con fachadas blasonadas y puertas porticadas, su viejo Consistorio, sus iglesias, el Seminario... Una demostración del poderío de la villa. La gastronomía es clave. No te vayas sin comer la ‘bola de bacalao’ del Bar Canario, ni dejes de probar el mosto Caño, un mosto como el que no hay otro igual en todo León. Y al caer la tarde, antes de emprender rumbo de nuevo a casa, no dejes de pasar por el paraje del Molino donde el color verde es el que manda y degusta allí un bocata con el pan que compraste y con embutido de J. Fernández o queso Manzer. Sabrá a gloria. Aviso: vuelve otro día con más presupuesto y come el exquisito bacalao arriero que sirven en la villa. Cuando conozcas Valderas, comprobarás que, en realidad, es otra historia.
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