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Agencia de colocación

17/06/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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Uno de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse a partir de ahora muchos ayuntamientos, sobre todo en los que el poder cambia de color y ya no le cuento en los que el gobierno depende de un pacto, es el tema del personal. Desde los puestos de confianza socialmente aceptados como tales hasta los colocados a dedo en conserjerías, en obras o en un sinfín de lugares cuyas nóminas dependen más de la afinidad que del mérito o la capacidad de trabajo.

Me contaba hace unos días un amigo alcaldable –quien al final sí agarró el sábado el bastón de mando en una ciudad que cada cuatro u ocho años suele cambiar de color por escasa diferencia de votos, lo que ya le indica una idea de cómo está el pueblo de dividido– que desde el día siguiente a la celebración de las elecciones ya había tenido que decir en treinta ocasiones que ni él ni el ayuntamiento son la oficina de empleo.

Y es que el problema de los partidos y de muchos equipos de gobierno, sobre todo los nuevos, son los moscones que están detrás simulando que ayudan en la campaña pero que en realidad están esperando para aprovecharse de una manera o de otra cuando el presuntamente favorecido toca poder. Créame que para evitar estas situaciones, esta es otra de las razones por las que defiendo que a la política hay que ir comido, bebido y vestido, como mínimo.

Confundir un ayuntamiento o diputación –que ahí también hay una cuanta tela que cortar en este asunto, pero vamos a dejarlo para otro día– con una agencia de colocación es el problema que padece mucha gente que no sabe hacer otra cosa o que no tiene vista más allá de una oposición a la que no se ha de quitar el mérito, faltaría más. Pero estudios que si se tuercen por el camino no dejan más solución que arrimarse a un partido y esperar que toque poder para disfrutar del premio y cobrar los servicios prestados en la campaña.

Esta es, querido lector, la triste realidad de su ayuntamiento, del mío y de cualquier administración pública. Así que no se sorprenda con los movimientos que empiece a ver esta semana ni dude de la capacidad de su Casa Consistorial como agencia de colocación.
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