Además de guerra, dura

La Guerra Civil en el valle del Porma y las cuencas de Cistierna y Sabero es el título del libro que acaba de publicar Francisco Fernández

Fulgencio Fernández
28/12/2014
 Actualizado a 19/09/2019
La Guerra Civil en el valle del Porma y las cuencas de Cistierna y Sabero es el título del libro de Francisco Fernández. | DANIEL MARTÍN
La Guerra Civil en el valle del Porma y las cuencas de Cistierna y Sabero es el título del libro de Francisco Fernández. | DANIEL MARTÍN
Fue dura, muy dura, la guerra civil ¿y la posguerra?en algunas comarcas de la montaña leonesa. Inviernos muy duros, pueblos quemados, represión, venganzas, huidos al monte, maquis... Pese a ello no está muy contada, muy estudiada, en algunos lugares aunque sí es cierto que van apareciendo libros, estudios, excavaciones... El último libro acaba de ver la luz, se llama ‘La Guerra Civil en el Valle del Porma y enlas cuencas de Cistierna y Sabero’ (ediciones Lobo Sapiens),un título que evita mayores explicaciones sobre el espacio que abarca el estudio. Su autor es un asturiano, el profesor Francisco Fernández García, asturiano pero... "mis padres son de Cerecedo, cerca de Boñar. De niño pase largas temporadas allí y el interés por la guerra se debe, en primer lugar, por mi curiosidad por esta etapa, además de algunas de las experiencias vividas a lo largo de esas temporadas vividas en Cerecedo; entre ellas un incendio en la sierra, en las estribaciones del Pico Cueto, con pequeñas explosiones debidas a la munición abandonada. También, los relatos de mi abuela materna sobre la presencia de las tropas moras que Franco para frenar el ataque republicano en abril de 1937 fue otra de las simientes de mi interés".

Señala Fernández García que le extrañó que con la apertura de los archivos que conservan documentación sobre la guerra no hubiera más estudios de esta comarca y sí de otras como La Bañeza. Cree que se puede deber "por un lado, a que las heridas de la guerra aún no están cerradas de manera definitiva y, por otro lado, a la mayor dificultad para publicar este tipo de estudios tan localizados geográficamente".

Al contextualizarla guerra en estas comarcas reseña el hecho de que aquí sí tuvo repercusión en 1934 la llamada Revolución Obrera que "tendemos a centrar en Asturias pero fue diseñada para su ejecución en todo el país. Es cierto que excepto en Barcelona, la citada Asturias y la zona montañosa de León no llegó a ejecutarse. En León, concretamente, en los cotos mineros enclavados en el norte de la provincia la Revolución tuvo una cierta importancia; especialmente en las zonas de Sabero y Cistierna donde los mineros controlaron durante unos días estos municipios. También, en vecino valle del Porma los mineros de los municipios citados y de Veneros, entre otros, trataron de apoderarse del control de Boñar, siendo rechazados por la Guardia Civil".

En la comarca estudiada había dos ‘focos’ políticos. Las zonas agrícolas y ganaderas eran conservadoras, no así los cotos mineros en los que, señala, "la filiación sindical era más socialista que anarquista; esta última tendencia no presentaba en León el arraigo que si se produjo en el campesinado andaluz, extremeño y aragonés. Si nos ajustamos a los resultados de las elecciones de febrero en 1936, en el valle del Porma, en los ayuntamientos de Reyero y Vegamián la victoria de las derechas es aplastante, no siendo tan contundente en el de Boñar; tan sólo en Lillo se produce la victoria del Frente Popular, aunque no en los márgenes que se producen en los dos primeros municipios".

Precisamente Lillo fue uno de los lugares en los que la guerra civil marcó mucho la vida diaria y la convivencia. "Allí la guerra fue significativamente dura por una cuestión estratégica: ser el punto de unión de dos vías de acceso hacia Asturias, el puerto de San Isidro y el puerto de Tarna. Por este motivo la República intento aislar y conquistar por dos veces la población; en un primer intento, en el mes de abril de 1937, con el ataque en la sierra de Cerecedo, con el objetivo de cortar la carretera de Boñar a Lillo; y en un segundo momento, en mayo de ese mismo año con el ataque en el pico del Águila y al peña Susaron, en este caso, en las proximidades de Lillo". No ha encontrado, sin embargo, documentación de los duros relatos orales que se hacen sobre hechos ocurridos en el torreón de esta localidad. Pero, aclara, que "es cierto que no he encontrado fuentes documentales que aporten ningún dato sobre hechos acaecidos en el torreón; sin que signifique que no puedan existir documentos que no haya podido localizar en mi investigación; y por otra parte, la ausencia de fuentes documentales no descartan que los relatos se ajusten a la realidad de los hechos".

Tres son las zonas en las que ha centrado su investigación, el valle del Porma y las cuencas de Sabero y Cistierna. La dureza de la contienda no fue igual en todas pues, señala Fernández, "la guerra fue mucha más dura en el valle del Porma que en las otras zonas estudiadas en el libro, Cistierna y Sabero, al contrario de lo que sucedió en 1934. Las poblaciones que tuvieron que ser desalojadas total o parcialmente fueron las que más sufrieron el impacto del conflicto bélico. Localidades como Redipollos, Cofiñal, Isoba y, especialmente, Oville que quedó completamente arrasado fueron las que tuvieron que soportar las consecuencias más graves".

La importancia estratégica de estas comarcas y la dureza de sus inviernos hizo que algunos de los protagonistas de primera fila de la guerra civil estuvieran en estos frentes de de batalla. "Se podría destacar la presencia de personas importantes en momentos concretos como el general Aranda, el defensor de Oviedo, en las operaciones militares en torno a Boñar o la presencia de Franco en el puerto de Tarna en la ofensiva final, acompañado de Serrano Suñer y del general Muñoz Grandes, futuro jefe de la Divisón Azul. Sí que podríamos hablar de colectivos importantes que dejaron huella, sobre todo, las tropas moras de regulares y el miedo que causaba su presencia entre la población de ambos sexos".

Cuando las tropas franquistas tomaron Madrid Franco desplazó el peso de las operaciones hacia el Norte, y en la ocupación de Asturias "el valle del Porma adquiere una importancia vital para los dos bandos. Puebla de Lillo es una de las llaves de acceso a Asturias a través de los puertos de San Isidro y Tarna. A finales de septiembre de 1937, el bando nacional comienza las operaciones definitivas en la zona que les lleva a conquistar el 4 de octubre el puerto de San Isidro; en el entorno del puerto de Tarna los combates continúan hasta el 15 de ese mes, tan sólo seis días antes de la liquidación del Frente Norte, con la entrada de las tropas nacionales en Gijón el 21 de octubre de 1937".

Una situación que ‘sembró’ el monte de maquis, muchos de la comarca:los Arias, Gorete, Calixto, Tejerina, Ramos o ‘El Topo’ de La Mata. Personajes a medio camino entre supervivientes, utópicos, luchadores, olvidados... "El caso de los maquis, huidos o guerrilleros, en el caso del noreste leones, es más una lucha por la supervivencia que una resistenciaorganizada, tienen más miedo a la represión que fe en la victoria. Durante el inicio de la posguerra quien apostó más por la continuación de la lucha en el monte fue el Partido Comunista, más asentado en la provincia de León en el noroeste de la misma".

No menos triste fue la represión en los pueblos, las venganzas. Francisco Fernández no es partidario de la repetida equidistancia, del hubo de todo en todas partes. "Al igual que el resto de España la represión franquista en la zona fue muy dura, sobre todo, por una cuestión de sometimiento de la población adscrita a la República, pero también como una manera de enseñar a los elementos afines las consecuencias de tomar el camino equivocado. En estas comarcas la represión realizada por el bando franquista fue más dura que la llevada a cabo por las organizaciones de izquierdas. Las causas de este hecho debemos analizarlas no sólo en clave ideológica, sino también cronológica. La represión realizada por elementos afines a la República se lleva a cabo en los primeros días de conflicto; en torno al 1 de agosto de 1936 las tropas republicanas quedan parapetadas en las estribaciones montañosas, sin tener bajo su control casi ningún núcleo de población importante en el valle del Porma, ni por supuesto en Cistierna y Sabero; con estos condicionantes la represión de las izquierdas queda reducido a esos primeros días, teniendo Franco más de 40 años para llevar su actividad represora".

Yel libro recoge la lista de los represaliados en las comarcas que abarca el estudio. También la de maestros represaliados, uno de ellos es la historia que más impactó al autor del libro. "Es la del maestro de Cerecedo, Justo García, y su familia. De ideología izquierdista evita en los primeros días que los milicianos entre en el pueblo. Tras pasarse a zona roja, sufrir su mujer las consecuencias de su huida y la incautación de todos sus bienes, tras el fin de los combates se entrega a las autoridades nacionales confiado al no tener delito de sangre; pese a todo es fusilado en Boñar a las pocas horas de entregarse".
Archivado en
Lo más leído